
El magistrado ordenó poner en libertad al condenado, pero le impuso una serie de normas de conducta bajo apercibimiento de revocar el carácter condicional de la pena y ordenar su inmediato ingreso en prisión.
Esas reglas son: fijar domicilio dentro del término municipal de la ciudad de Salta, debiendo notificar fehacientemente cualquier cambio, y abstenerse de consumir estupefacientes y de abusar de las bebidas alcohólicas. También le prohibió acercarse a menos de cien metros de la denunciante o al lugar común.
Los hechos que motivaron la condena ocurrieron hace menos de un mes y medio: el 25 de septiembre de 2014. Tal día, el condenado le arrebató a una joven que se encontraba trabajando como promotora de gaseosas la cartera. En el interior del bolso había un celular, objetos personales y dinero en efectivo.
El desapoderamiento se llevó a cabo bajo la modalidad «motochórrica», ya que el hombre se dio a la fuga en una motocicleta aunque con tanta mala suerte que, en plena huida, chocó con un automóvil que era conducido por otra mujer.