
El magistrado señor Federico Javier Armiñana Dohorman, miembro de la Sala I del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta, ha condenado en audiencia de juicio abreviado a la ciudadana Marcela del Valle Jiménez (44) a la pena de un mes de prisión de ejecución condicional por resultar autora penalmente responsable del delito de estafa.
Junto a ella han sido condenados también por estafa los ciudadanos Rafael Gilberto Sosa (55) y Juana Rosa Quipildor (30), a quienes se ha impuesto las penas de dos y cuatro meses de prisión de ejecución condicional, respectivamente.
En el caso de la señora Quipildor, el juez ha unificado su condena con otra anterior pronunciada por la Sala III del mismo tribunal, cuantificando la pena única en un año de prisión de ejecución condicional.
El señor Armiñana Dohorman ha impuesto a los condenados la observancia obligatoria de las siguientes reglas de conducta, durante dos años: fijar residencia y someterse al control del programa de inserción social y supervisión de presos y liberados de la Provincia de Salta, abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas y presentarse en la seccional policial más próxima a sus domicilios dentro de los primeros diez días del mes, mientras dure la condena. Todo ello con apercibimiento de serles revocada la condicionalidad de la pena impuesta y de ingresar en prisión.
Los condenados fueron denunciados por un hecho ocurrido en junio de 2013. La denunciante contó que en aquella fecha le compró a Rafael Gilberto Sosa, por 28 mil pesos, un terreno ubicado en barrio Soem. La mujer relató que confió en el vendedor porque le habían dicho que era martillero y que trabajaba en la Municipalidad. A cambio, Sosa le entregó un recibo común y una cesión de derechos sobre el terreno, sin identificación específica del mismo, firmada por Juana Rosa Quipildor.
Cuando la denunciante fue con su hija a ver el terreno, advirtieron que estaba ocupado con ladrillos. Luego de consultar a los vecinos, dieron con el verdadero dueño del lote, quien tenía en su poder la correspondiente carpeta de adjudicación entregada por Tierra y Hábitat. La damnificada se dirigió inmediatamente a pedirle explicaciones a Juana Rosa Quipildor, quien le dijo que no había recibido ningún dinero y que solo había firmado la cesión porque Marcela del Valle Jiménez, quien trabaja en la Municipalidad, la había obligado. Agregó que la firma se realizó en casa de Jiménez, en presencia de Rafael Sosa.