
La jueza Ana Silvia Acosta de Medina, que integra la Sala IV del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta, ha condenado al ciudadano J.M.C. (53) a la pena de dos años y seis meses de prisión de ejecución condicional.
La señora Medida ha considerado que el acusado es culpable de dos delitos de abuso sexual simple, en perjuicio de una vecina mayor de edad y de una menor sobrina suya.
El condenado no ingresará en prisión pero deberá cumplir las siguientes reglas de conducta por el término de dos años: fijar domicilio y comunicar cualquier cambio que efectúe, someterse al control y vigilancia del patronato de presos y liberados, ante el cual deberá presentarse del 1 al 10 de cada mes, cada tres meses; no abusar de la ingesta de bebidas alcohólicas ni del consumo de sustancias estupefacientes, no acercarse ni tener contacto con las víctimas, someterse a tratamiento psicológico y acreditar su cumplimiento y no cometer nuevo delito.
En el mismo pronunciamiento, la señora Medida ha resuelto absolver al mismo acusado de un delito abuso sexual simple agravado, tras comprobar que el hecho no se había cometido.
El condenado fue denunciado por la madre de su vecina, que, según la información judicial, presenta un retraso madurativo leve y es amiga de la hija del condenado. Según ha quedado acreditado en el juicio, el hombre la sometió a tocamientos impúdicos un día que se quedó a dormir en su casa.
El segundo hecho fue dado a conocer por personal de una escuela de Chicoana, en donde la sobrina del condenado cursaba el tercer grado. La misma niña contó que, desde que su mamá se había ido a Buenos Aires, se quedaba a dormir en casa de su tío, “quien le bajaba los pantalones”. Los indicadores de abuso se constataron a través del informe de la psicopedagoga.