
La renuncia aún no ha sido aceptada por el gobierno y, por el momento, Reynoso conserva su cargo y sus fueros inherentes.
La eventual aceptación de la dimisión, colocaría a Reynoso en una complicada situación, ya que pesa sobre él una medida cautelar ordenada por el Juez Federal subrogante Nº 1 de Salta, Julio Leonardo Bavio, que prevé su inmediato ingreso en prisión.
Desde que estalló el escándalo de las presuntas coimas cobradas por una red de abogados y funcionarios judiciales, cuyo último jefe sería el propio juez, según los fiscales de la causa y dos resoluciones judiciales, Reynoso ha venido clamando su inocencia.
Fuentes oficiales, citadas pero no identificadas por el matutino porteño La Nación, sostienen que Reynoso alega «cansancio moral» como la principal causa de su dimisión.
Reynoso es el único de las ocho personas sometidas a proceso en la causa federal sobre quien pesa una medida de prisión preventiva. La decisión, que ha sido confirmada recientemente por la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, no es firme aún, puesto que Reynoso ha adelantado, nada más notificarse de la resolución, que interpondrá recurso contra ella para que sea la Cámara Nacional de Casación Penal la que decida sobre la legalidad de las medidas decretadas por su colega Bavio.
Por ahora, todo depende de lo que decida el Poder Ejecutivo nacional. La carta de renuncia fue registrada en la Subsecretaría de Relaciones con el Poder Judicial del Ministerio de Justicia de la Nación, a cargo del abogado Juan Mahiques. Deberá pasar por el despacho del ministro Garavano antes de llegar a la Presidencia de la Nación, en donde se firmará la resolución que aceptará o rechazará la renuncia del juez.
En caso de aceptación, y aunque la prisión preventiva declarada no sea firme, Reynoso podría ser detenido e ingresado en un establecimiento penitenciario, a menos que Bavio y los fiscales acuerden oportunamente sustituir la medida por otras cautelares menos gravosas para el procesado.