La justicia de Salta condena a un hombre por matar a su hijo y a otro por violar a su hija

Como quien convierte en realidad el clásico apotegma que dice que «en la Argentina de Perón y Evita los únicos privilegiados son los niños», dos tribunales de justicia de Salta han condenado a prisión perpetua y once años de reclusión a dos hombres que atentaron gravemente contra la integridad de sus hijos.

En el primer caso, la Sala Primera del Tribunal de Juicio impuso a R.A.S. la máxima pena prevista en el ordenamiento penal argentino, al hallarlo culpable del homicidio agravado por el vínculo de su propio hijo, un niño de solo 6 años de edad.

El hecho ocurrió el 22 de febrero de 2012 en Coronel Mollinedo, Departamento de Anta. Dice la información oficial del Poder Judicial salteño que tal día, alrededor de las 2.30, el condenado fue encontrado en el interior de su casa tendido en el suelo, inconsciente, con heridas de arma blanca en el tórax y abdomen. Junto a él yacía el cuerpo sin vida de su hijo de 6 años, con una herida cortante en el cuello.

Violación

En el otro hecho, la Corte de Justicia de Salta resolvió confirmar una sentencia anterior de la antigua Cámara Cuarta en lo Criminal que impuso a M.V.H.G. la pena de once años de prisión como autor responsable de un delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo.

El hombre había interpuesto ante la Corte un recurso de casación con la pretensión de que la conducta enjuiciada fuese calificada como abuso sexual simple.

Sin embargo, el alto tribunal, a la vista de los informes médicos, psicológicos, los testimonios de la madre, la menor y el de una amiga, llegó a la conclusión que los ataques la integridad sexual de la niña (que tenía solo nueve años cuando comenzó la agresión) se produjeron “en un ámbito de promiscuidad y aprovechamiento de la indefensión e inexperiencia sexual de la víctima y de su inferioridad física y psíquica”.

Al valorar la pena impuesta por el tribunal inferior, la Corte ha dicho que los once años de prisión efectiva “satisfacen acabadamente las exigencias de culpabilidad, certeza, legalidad y proporcionalidad”.