No se pude negar de ningún modo que el Juez de Garantías, don Diego Rodríguez Pipino, es un magistrado corajudo y optimista, cualidades bastante poco frecuentes en aquellos que tienen una carrera judicial más bien corta. La reciente noticia de un «acercamiento» entre el gobernador Urtubey y el senador Juan Carlos Romero ha vuelto a poner al juez en el centro de todas las miradas, pues solo unos días antes del anunciado encuentro entre los dos últimos Gobernadores de Salta, Rodríguez Pipino había enviado al Senado de la Nación una solicitud de desafuero para que Romero se avenga, por fin, a acudir a su despacho y a responder a sus preguntas.
Si nos atenemos a las recientes declaraciones del senador nacional Rodolfo Julio Urtubey, hermano del Gobernador, el escrito de Rodríguez Pipino solicitando el desafuero de Romero aún no llegó a donde debe llegar. Parece que en vez de enviarlo por OCA Express, el juez puso el rollo en las alforjas del gaucho Calixto Gauna.
Si el pedido alguna vez llega a la Comisión de Negocios Constitucionales del Senado (es decir, si el chasqui no se queda atascado en cercanías de Rafaela), tampoco es seguro que la cámara alta nacional vaya a desaforar a Romero.
De ocurrir así, sería el segundo revés jurisdiccional al hilo del juez Rodríguez Pipino, pues, como se recordará, a mediados de octubre pasado la Corte de Apelaciones de Roma le denegó al mismo juez la solicitud de extradicción del cura Alessandro de Rossi, acusado en Salta de múltiples agresiones sexuales a menores de edad cercanos a la parroquia que gestionaba en la zona Oeste de la ciudad.