Francisco Aguilar: Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago

  • Francisco Aguilar y Gustavo Sáenz han posado sonrientes, con mascarilla, pero más abrazados que Sergio Dalma.
  • Incongruencias en pandemia

En su última conferencia de prensa tras la reunión del COE el pasado día miércoles 16 de diciembre, su presidente, el cirujano Francisco Aguilar, manifestó su preocupación por el relajamiento en las medidas de prevención que se observa en los ciudadanos en las últimas semanas.


Sus palabras fueron las siguientes: “No podemos estar esperando la vacuna, hay que cuidarse, mantener el distanciamiento (el resaltado es nuestro), usar el barbijo, lavarse las manos, hasta tanto lleguen las vacunas”.

Pero parece que a las palabras se las lleva el viento y esta mañana se ha olvidado de todo. Porque esas recomendaciones tan sensatas y atinadas que solo hace unos días formuló Aguilar y que a menudo refuerza el Gobernador, parecen solo dirigidas al ciudadano de a pie, como si fuese este el único capaz de dejar de cumplir; como si al ciudadano hubiera que regañarlo como si fuera un niño chico.

Pero los primeros en dejar de cumplir con las medidas de prevención son ellos mismos, según lo documenta la fotografía que ha publicado el mismo gobierno provincial.

Francisco Aguilar y Gustavo Sáenz han posado sonrientes, con mascarilla, pero más abrazados que Sergio Dalma. Entre ellos no hay «distancia social» sino una plena «comunión de cuerpo y alma».

Si tan pendientes están de lo que pasa en Europa en relación al coronavirus, como dicen que están, cualquiera de los dos podría darse cuenta de que ninguna autoridad posa para la foto sin guardar la distancia, nadie se saluda dándose efusivos apretones de manos.

Una simple palmada en la espalda de Emmanuel Macron (quien ha dado positivo por coronavirus) mantiene al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez en rigurosa cuarentena.

Son los gobernantes los primeros obligados a cumplir con las medidas. No solo porque ellos son simples mortales (contagiables y potenciales contagiadores como el más humilde), sino porque, además del ejemplo, deben demostrar que ninguno de ellos está por encima de las normas que se han dictado y se siguen dictando para hacer menos mortífera esta pandemia.

Tanto abrazo, tanto beso, tanto codo y tanto refregarse en distancias nulas no los salvará de la segunda y la tercera ola.

Si el 2020 ha sido un cachetazo para el gobierno de Sáenz, a este paso, que se prepare para un durísimo 2021.

Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago...