
La información da cuenta también de la firma de un convenio entre el intendente Mario Mimessi y el ministro Sergio Camacho, titular de la cartera de Obras Públicas.
Sin embargo, las estipulaciones del citado «convenio», en el que racionalmente se debería haber incluido la fecha concreta de comienzo y finalización de las obras, no han sido dadas a conocer.
Para mayor gravedad, el anuncio del gobierno se produce en plena pandemia y cuando las cifras de contagiados y fallecidos en el Departamento de San Martín (del cual el hospital Juan Domingo Perón de Tartagal es centro de referencia) están entre las más altas de todo el país.
La información habla de la perforación de un nuevo pozo, que abastecerá directamente al hospital y que, de paso, permitirá aumentar el caudal que circula por las tuberías que abastecen a la ciudad.
El gobierno informa solamente que el convenio firmado entre Mimessi y Camacho tiene por objeto la “optimización del servicio de agua potable del hospital Perón”, pero nada dice acerca de las medidas de optimización, excepto el -hasta ahora- teórico aumento del caudal.
Hace pocos días, el gobierno informó también de la excavación de un segundo pozo en la localidad de Los Blancos, lo que hace suponer que los habitantes de Tartagal -solo cuando se terminen de colocar los 1.375 metros de tuberías- podrán disfrutar de un servicio de agua potable similar al de la pequeña población del Departamento de Rivadavia.
Aunque el ministro Camacho ha lanzado las campanas al vuelo y declarado que el buen rendimiento diario del pozo excavado por el gobierno “no solo alcanzará sobradamente para abastecer al hospital sino que se podrá inyectar agua en el acueducto Itiyuro y reforzar el abastecimiento a la ciudad de Tartagal y a General Mosconi”, los ciudadanos -con el verano golpeando sus puertas- se preguntan más bien cuándo habrá más agua en Tartagal y no tanto qué destino se le va a dar al agua «sobrante».