
Por supuesto que es un error que se repite todos los años asociar a estas celebraciones a una simple asociación civil, como la Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes, en un pie de igualdad con el Ejército Argentino, en el que Güemes sirvió con el grado de General.
Nadie ha elegido a los gauchos como institución más representativa. Solo el gobierno (por cuestiones que la mayoría ignora pero que se imagina) les reconoce mayor representatividad, pero esto es una irregularidad que debería corregirse por medios estrictamente democráticos; es decir, permitiendo a los ciudadanos de toda la provincia (especialmente a los que son gauchos) cuestionar el monopolio representativo instaurado de forma arbitraria por el Estado en favor de una asociación elitista en el fondo y en las formas.
Pero yendo al tema de la presidencia de los actos y teniendo en cuenta la celebración de que se trata, la presidencia de las ceremonias oficiales debe corresponder siempre al Jefe de Estado (al Gobernador de la Provincia). Una copresidencia solo sería admisible si el día 15 (no el 17, que se mantiene como feriado provincial) acudiera a los actos que se celebran en Salta el Presidente de la Nación.
Aun si el Presidente quisiera encabezar los actos del día 17 no podría hacerlo, puesto que el carácter festivo de esta jornada está regulado por normas provinciales y tienen la misma consideración los actos oficiales que tal día se celebran.
Pero en ninguno de los dos días sería admisible una copresidencia del Gobernador de Jujuy en Salta, pues no tiene mando en el territorio.
Esto no quiere decir que el 17 tanto el Presidente de la Nación como cualquier Gobernador de provincia deban mirar el desfile detrás de la soga que en el monumento separan a los cónsules de la plebe. Desde luego que las altas autoridades provinciales (no salteñas) y las altas autoridades federales deben disponer de un lugar adecuado. Ese lugar puede ser incluso el palco presidencial, pero de ningún modo la presidencia del acto.
Si los actos se celebraran en Jujuy y a los mismos acudiera el Gobernador de Salta, su presencia -aunque importante- sería meramente decorativa ya que tampoco este mandatario tiene mando en territorio jujeño y aunque el ceremonial del Estado le reserve un lugar destacado, jamás ese lugar podría ser la presidencia de los actos.
En lo que se refiere a los aspectos prácticos, la tradicional revista de tropas a bordo de un Jeep del Ejército deberá ser efectuada por Sáenz, el Jefe de la Guarnición Ejército Salta y, si acaso, el Vicegobernador de Salta. Pero no el Gobernador de Jujuy. La razón es de carácter estrictamente constitucional. En territorio salteño, Sáenz es «agente natural» del gobierno federal «para hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Nación» (lo cual involucra la potestad de autorizar un desfile del Ejército). Pero en el mismo territorio, el Gobernador de Jujuy, en el mejor de los casos, solo representa a su Provincia. Es decir que a los actos en honor a Güemes de este año, a los que no acudirá como en años anteriores el Presidente de la Nación, los presidirá de forma exclusiva y solitaria el Gobernador de Salta, Gustavo Sáenz.
Por mucho lustre que quiera darle el Gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, tendrá que esperar su turno. Permitir que en Salta Morales despliegue su show, como si la fiesta fuera suya, estaría fuera de lugar.