Urtubey se siente muy a gusto con una administración pública sobredimensionada e ineficiente

  • Demostrado está que con más policías en las calles los salteños viven más inseguros, con más médicos en los hospitales la salud pública es más precaria y con más maestros en las escuelas nuestros niños no saben lo que deben saber.
  • El empleo público, en España y en Salta

En Andalucía -una comunidad autónoma española cuya superficie es inferior a la de la Provincia argentina de Salta- viven 8.384.408 personas.


En esta comunidad recientemente ha asumido un nuevo gobierno, que por primera vez en la historia democrática de este país no es del Partido Socialista Obrero Español.

El vicepresidente de la Junta de Andalucía es un señor que se llama Juan Marín y que pertenece al partido Ciudadanos, uno de los tres que integra la coalición gobernante. Los otros dos son el PP y Vox.

En una entrevista que esta misma mañana el señor Marín concedió a Radio Nacional de España, explicó los problemas derivados del cambio gubernamental, después de cuarenta años de gobierno ininterrumpido de la izquierda.

Entre estos problemas mencionó, como uno de los más graves, el elevado nivel de empleo público. En el momento en que se hizo cargo el nuevo gobierno -el pasado 18 de enero- la Junta de Andalucía tenía 274.000 funcionarios y trabajadores del Estado.

Esto quiere decir que en Andalucía hay un empleado público cada 31 habitantes, aproximadamente.

En la Provincia de Salta, en donde habitan 1.350.000 personas, la planta de personal de las administraciones públicas es de unos 100.000 agentes, la mayoría de ellos concentrados en la ciudad de Salta, la capital provincial.

Esto significa que uno de cada 13 salteños recibe un sueldo del Estado.

Las razones por las cuales en Salta hay casi tres veces más empleados públicos que en Andalucía (siempre en términos relativos) hay que buscarlas en la extraordinaria inflación que ha sufrido la planta de administración del Estado durante el largo gobierno de Juan Manuel Urtubey, iniciado en 2007.

El Gobernador salteño ha intentado justificar la enorme dimensión que la administración bajo su mando ha alcanzado, diciendo que el 80 por cien de los agentes a sueldo del Estado son médicos, enfermeras, maestros, profesores y policías.

Pero es que en Andalucía también hay médicos, enfermeros, maestros, profesores y policías, pero no se necesitan aquí tantos para cumplir funciones y prestar servicios de auténtica calidad. En Salta, mientras aumenta el número de policías, maestros y médicos, decrecen proporcionalmente la seguridad y la calidad de la educación y la salud públicas.

Según el gobernador Urtubey, la planta de personal del Estado «no se puede tocar», no al menos sin riesgo de que los salteños sufran un severo recorte de las prestaciones de su precario Estado del Bienestar.

Pero esto no es cierto.

Urtubey ha hecho ingresar a la administración del Estado entre 40.000 y 50.000 agentes, incluyendo los policías, cuyo número se ha duplicado con creces durante los últimos 11 años. Si nos atenemos a los criterios expuestos por el propio Gobernador de la Provincia, entre 8.000 y 10.000 agentes (un 20%) que han entrado a trabajar durante sus mandatos consecutivos no prestan servicios esenciales ni desempeñan funciones básicas del Estado. El Gobernador no explica las razones que le impulsan a seguir manteniéndolos en sus puestos, teniendo en cuenta que no son maestros, policías o médicos.

Pero como está demostrado que con más policías los salteños viven más inseguros, con más médicos la salud pública es más precaria y con más maestros nuestros niños no saben lo que deben saber, ¿por qué seguir insistiendo en contratar más agentes de este tipo? ¿Por qué no probar con menos agentes de los que hay?

Por razones que son fáciles de comprender y que están vinculadas casi todas ellas con su campaña proselitista y sus apetitos presidenciales, Urtubey no tocará, de aquí a diciembre, ningún puesto de la administración pública de Salta y dejará a quien lo suceda la tarea de lidiar con una planta de empleados monstruosa, carísima y virtualmente inmanejable.

El Gobernador que venga recibirá -eso esperamos todos- unas cuentas equilibradas, pero una administración sobredimensionada e ineficiente, que es desde luego mucho peor que recibir una arcas con déficit o deuda.

Si en Andalucía, con un empleado público cada 30 habitantes se considera que el empleo burocrático es excesivo y antieconómico, ¿qué decir entonces de Salta?

¿Por qué cuando Urtubey habla de Europa y de lo mucho que le gustaría hacer lo que hacen los políticos europeos ignora datos como este?