
La carencia absoluta de ideas para gobernar una sociedad compleja no solo se mide por la cantidad de decisiones que se dejan de tomar, sino también por la calidad de las decisiones que efectivamente los gobiernos adoptan.
Una sociedad como Salta, urgida de solucionar problemas muy graves como la desigual distribución de la riqueza, las asimetrías territoriales, la brutal extensión de la pobreza y la falta de transparencia política, no necesita que el gobierno ni sus gobernantes empleen su tiempo y los recursos que son de todos en ideas tan brillantes como celebrar bodas civiles en lugares emblemáticos de la ciudad.
Sin embargo, el Ministro de Gobierno, Derechos Humanos y Justicia del gobierno provincial de Salta, señor Marcelo López Arias, ha calificado de «positiva» la imaginativa propuesta del director del Registro Civil, Matías Assennato, de celebrar bodas civiles en la cima del Cerro San Bernardo, algo que, según el gobierno de Urtubey, «significa un nuevo servicio para turistas y salteños».
Hasta ahora, era requisito fundamental para poder casarse por lo civil en nuestra Provincia que al menos uno de los dos contrayentes tuviese su domicilio en el territorio. Pero desde que el «servicio» se ofrece también a turistas, cabe entender que cualquiera que esté por aquí de paso, previo abono del estipendio previsto en el Decreto 1840/2012, de 21 de mayo, se puede casar prácticamente donde se le antoje, como si Salta fuese Las Vegas.
No se sabe por el momento que Assennato le haya llevado a López Arias la idea de que las bodas civiles salteñas se celebren con imitadores de Elvis Presley entonando I’m All Shook Up (en vez del Ave Maria de Gounod) y con jovencitas feministas ataviadas con el vestido blanco que lució Marilyn Monroe en la recordada escena del vapor subterráneo de la película The Seven Year Itch, de Billy Wilder.
Si Assennato no tiene en vista estos «servicios», de indudable valor añadido y que podrían reportar unos ingresos extra a su repartición, es que bien se explica por qué el gobierno tampoco tiene ideas para combatir la pobreza.
Dice el gobierno que para que las parejas (tanto las arraigadas como las pasajeras) se casen en el Cerro, ha hecho falta firmar un convenio con la empresa Teleférico San Bernardo.
Añade que el Cerro se «suma» a la opción del Tren a las Nubes, «por la que ya se recibieron consultas sobre fechas y costos».
Si todo esto tiene éxito, seguramente López Arias e Assennato le habrán cambiado la cara definitivamente a esa Provincia atrasada y inequitativa que todos conocemos.