
Según Mascarello, su intención es la de «abrir las puertas del hospital e involucrar a la comunidad», dando a entender que el actual gerente, Ramón Albeza, mantiene el hospital cerrado y funcionando de espaldas a la sociedad a la que sirve.
Para el ministro, los consejos asesores sanitarios «son órganos de observación y propuesta comunitaria, con el espíritu de hacer partícipes de las problemáticas socios ambientales y sanitarias a las distintas fuerzas vivas del lugar». El discurso recuerda mucho a los fundamentos esgrimidos por el gobierno para justificar la creación del Observatorio de Violencia Contra las Mujeres, que se ha revelado como una plataforma «militante», que bajo la pantalla de la observación, realiza frecuentes ajustes de cuentas ideológicos con quienes no participan de su particular ideario.
La comunicación oficial del gobierno provincial recuerda que ya con anterioridad se había solicitado a los gerentes de los hospitales públicos que pongan en marcha estos consejos ya que, a su juicio, “fortalecen el diálogo y el análisis con distintos sectores, y permitirá optimizar el funcionamiento de los servicios en consonancia con la realidad de cada comunidad”.
En otro pasaje de su discurso, el experimentado Mascarello incurrió en un error frecuente al decir que “que no se puede concebir al Estado sin la participación de la gente”, insistiendo en la visión elitista del Estado que sustenta su gobierno, para quien el Estado son ellos (los funcionarios) y la «gente» los mira desde afuera.
Para remate de fiesta, se ha hecho saber que el consejo asesor sanitario está integrado por representantes del Ministerio de Asuntos Indígenas y Desarrollo Comunitario, del ya mencionado Observatorio de la Violencia Contra las Mujeres, de la Federación de Centros Vecinales, de ONG y de la comisión de familiares y amigos de víctimas de siniestros viales. Es decir, de ninguna institución pública o privada relacionada con salud, y todas, portadoras de intereses sectoriales.
Fuente: Gobierno de Salta