
Lo ha hecho a través de un comunicado publicado en la prensa local, titulado «Campaña Sucia», en el que el mandatario denuncia la instalación en Salta de un clima político «enrarecido», caracterizado -según él- por «pintadas, anónimos, circulación de mails y uso de redes sociales para denostar, calumniar y desacreditar al adversario».
Utilizando un tono conciliador y haciendo gala de una escritura razonablemente aceptable, Urtubey acepta haber cometido «decenas de errores», aunque su novedosa modestia parece haberle llevado a subestimar su propia capacidad de errar, ya que le faltó contabilizar algunos centenares. Dice también que «no se ufana de sus errores» (normalmente las personas se ufanan de sus aciertos y muy difícilmente de sus errores) y que «siempre ha dado la cara».
En esta línea, propone a sus adversarios «un acuerdo de dos o tres puntos que nos obligue a coincidir en el debate y no el insulto artero y falso». En su apresuramiento, el Gobernador ha dejado fuera del acuerdo al insulto verdadero, que debió también haber incluido, especialmente desde que él mismo se ha convertido en el blanco favorito de este tipo de denuestos.
Urtubey propone ahora alcanzar un compromiso entre todos para «respetar al electorado» y «demostrar seriedad y convivencia», aunque no dice, ni insinúa, que renunciará a utilizar electoralmente los recursos del Estado, como lo hizo en todas las elecciones en las que participó, excepto las de 2007. No solo moderando el lenguaje se respeta al electorado.
No por insincera, la propuesta de Urtubey deja de constituir una valiosa aportación a la convivencia democrática, sorprendentemente amenazada desde el momento en que un alto empleado de su principal contrincante, el exgobernador Juan Carlos Romero, amenazara públicamente con «incendiar la Provincia» y tornar irrespirable el ambiente preelectoral.
Texto completo del comunicado de Urtubey
Campaña Sucia
Desde hace algunos días, el clima político de la provincia se ha enrarecido. Afiches de todo tipo, pintadas, anónimos, circulación de mails y uso de redes sociales para denostar, calumniar y desacreditar al adversario son moneda corriente.
Surgen varias preguntas frente a este accionar. ¿Se pueden ganar elecciones con esta práctica? ¿Es el mensaje difamatorio sin firma la propuesta que tenemos para los salteños? Cuando se insulta salvajemente al eventual contrincante, ¿no se está también insultando a quién lo voto? Si hay alguien que conoce la existencia de un delito, ¿no se transforma en cómplice si no lo denuncia ante la justicia?
Las campañas sucias degradan la política, subestiman al electorado, generan odio y alteran la convivencia democrática.
No quiero victimizarme. Yo he cometido decenas de errores. Pero siempre he dado la cara. No me ufano de ellos. Todo lo contrario: considero que la templanza y la tolerancia son valores imprescindibles para quienes buscamos el enorme honor de representar a los salteños.
No pretendo decir que el choque de ideas, la confrontación fuerte y leal, las enormes diferencias de propuestas que cada uno deberá defender sean malas. Al contrario, de eso se trata un debate democrático. Esto es lo que reclama nuestra sociedad.
No hago responsable a ningún sector. Pero todos sabemos quién está detrás de cada cosa. Venga de donde venga.
Quiero proponer a todos mis adversarios que respetemos la inteligencia de nuestro pueblo. Quiero proponerles un acuerdo de dos o tres puntos que nos obligue a coincidir en el debate y no el insulto artero y falso. Un acuerdo con la firma y el compromiso de todos de respetar al electorado y demostrar seriedad y convivencia, sin dejar de discutir todas las diferencias. Y, fundamentalmente, que si hay acusaciones, haya también un acusador para que sea la justicia quien investigue.
Solo tienen que fijar fecha, lugar y hora, y allí estaré para contribuir a la redacción y firmar este compromiso. Los salteños lo merecen
Toda la Nación estará pendiente de las elecciones en Salta. Nuestro pueblo no merece pasar vergüenza mostrando como principal herramienta aquello que se debe cambiar en la política. Tenemos nuevamente la oportunidad de ser un ejemplo para el país. No lo desaprovechemos.
Juan Manuel Urtubey