Doce tips para elegir al futuro Gobernador de Salta

  • Las últimas encuestas más o menos fiables, indican que en Salta una quinta parte del electorado, o algo menos, todavía no ha decidido su voto en las próximas elecciones provinciales. Los que sí lo han hecho, no solo están convencidos de lo que van a votar sino que están ‘reconvencidos’ y son capaces por tanto de los comportamientos más bárbaros para imponer sus preferencias. Las que siguen son doce sugerencias muy simples, que se dirigen a aquellos salteños que quizá no se decidan sino hasta el momento en que tengan que pasar sus dedos por la grasienta pantalla del voto electrónico.
  • Elecciones a Gobernador de Salta 2019

1. Elija al que prometa realizar su obra de gobierno en el tiempo que dura su mandato. No vote a aquel que promete cosas como «hacer grande a Salta», «reconquistar el federalismo», «liderar la región», «hacer más felices a los salteños» o cosas por el estilo. Estos objetivos requieren un tiempo que el gobernante no tiene y una paciencia que los salteños tampoco.

2. Elija al que prometa respetar a todas las minorías políticas y sociales de Salta, hasta la más minúscula. Desconfíe de las intenciones democráticas de los que dicen promover a las mujeres, a los homosexuales, a los perros callejeros o a los pequeños artesanos y al mismo tiempo quieren arrasar con sus opositores políticos hasta hacerlos desaparecer. No son sinceros y, mucho menos, coherentes.

3. Elija al que promete reformar la Constitución pero no para adaptarla a sus necesidades actuales y futuras de poder, sino para mejorarla y modernizarla, y para hacer que los salteños la cumplan mejor, sin importarle cuánto le cuesta (en términos de poder) hacer que nuestra Constitución de 1986 aguante por lo menos hasta 2050.

4. Elija al que esté dispuesto a someterse siempre al control de la Legislatura, y no aquel que planee -generalmente en silencio- copar hasta el último escaño legislativo y convertir a los representantes del pueblo en sus títeres.

5. Elija al que tenga una actitud no victimista frente a la pobreza y a otras patologías sociales. Los que en la campaña electoral explotan los sentimientos de los pobres, de las mujeres golpeadas, de los aborígenes postergados, etc., son los que menos confianza merecen de parte del electorado.

6. Elija a cualquiera que no plantee instaurar en Salta un orden moral específico y que deje que los salteños vivan y se desarrollen como quieran hacerlo, sin pretender sujetar sus comportamientos a una ética especial, diferente a aquella que establece nuestra Constitución para los ciudadanos responsables que debemos ser todos.

7. Elija a un candidato que haya demostrado que respeta la independencia de la justicia y que está dispuesto, desde ya, a someterse a ella, cualesquiera sean los jueces o tribunales que le toquen. Desconfíe de aquel que tiene antecedentes de haber manipulado a la justicia, de haber otorgado acuerdos a libro cerrado, de jugar al golf y comer asados con jueces que juzgan a delincuentes y de todos aquellos que creen que la Ley se ha hecho para los pobres infelices, pero no para él.

8. Elija al que hable a los demás con un lenguaje simple y comprensible. El que apela a ideas y conceptos rebuscados y oscuros, generalmente planea alguna canallada.

9. Elija al que en vez de dirigir su mensaje al corazón, al bolsillo o a las tripas de los electores, intenta convencerlos con razones, aunque estas sean malas o no sean del todo razonables. Siempre es preferible alguien que intenta esto último que otro que anda lloriqueando para que le hagan caso.

10. Elija a aquel que en su vida personal y privada demuestra recato y austeridad. Pero tenga cuidado: algunos prometen que no van a vivir en la residencia oficial de Las Costas y luego la exhiben en las revistas como si fuese propia y utilizan el avión de la Provincia como usted utiliza la bicicleta para ir al almacén.

11. Elija a aquel que en vez de agitar en sus narices un «plan ideológico» para organizar de arriba a abajo la sociedad conforme a una receta que los salteños no hemos elaborado, le proponga a usted un programa de gobierno. No importa si este programa es malo. Tiempo y recursos habrá para mejorarlo. Pero del «ideólogo» huya en cuanto pueda.

12. Elija, de ser posible, al que más alejado usted encuentre de los conventillos de la política nacional; al que menos probabilidades tenga de convertir al gobierno de Salta en una franquicia del gobierno nacional. Desconfíe del que dice conocer al dedillo los barrios más apartados por haberlos «caminado». Busque, no al que tenga más estudios, sino al que los tenga mejores y demuestre al mismo tiempo que ha aprendido algo de ellos. De brutos con diploma (como mi papá de pobretonas) estamos hartos.