
Leavy ha señalado a Rodríguez como el responsable inmediato de las acciones que denuncia, y no ha vacilado en señalar a su contrincante, Gustavo Sáenz como el responsable mediato y probable ‘autor intelectual’ de tal campaña.
Las acusaciones de Leavy fueron efectuadas ante los periodistas ayer, cuando el dos veces candidato acudió a los tribunales federales de la calle España, para seguir la tramitación de una medida autosatisfactiva que el supuesto injuriado solicitó de aquellos órganos judiciales y que se dirige contra Google y varias webs de noticias de Salta, así como contra los diarios La Nación y Clarín de Buenos Aires, y El Tribuno de Salta.
Leavy dice haber identificado a una especie de miniejército de trolls que desde domicilios particulares y oficinas públicas (entre ellas, la Secretaría de Prensa del gobierno provincial, aún controlada por Rodríguez Messina) se dedican a propalar insultos y mentiras sobre su persona y, en particular, sobre su actuación pública.
En una resolución dictada por la Cámara Federal de Apelaciones de Salta en relación con este asunto se puede leer que Leavy acudió a los tribunales porque, a partir de su actividad proselitista (ha sido candidato en las elecciones nacionales y también lo es en las provinciales), es objeto de «noticias falsas, difamatorias e injuriantes (fake news) en Internet». Y cita como ejemplo las publicaciones en las que se afirma que «estuvo preso en Bolivia, que es narcotraficante, que posee una pista propia para el aterrizaje de aviones presuntamente utilizados para el tráfico en la frontera y que es ‘ladrón, misógino, machista y mafioso’».
Leavy dice que con ello se persigue desacreditarlo y «distorsionar gravemente un pilar básico del sistema democrático como es la información objetiva, veraz y seria que respecto de las candidaturas y los partidos políticos deben dar los medios de comunicación».
Pero la Cámara Federal le ha dado la razón solo en parte, ya que a la hora de resolver el recurso de apelación interpuesto por Leavy contra la decisión del juez de primera instancia, el tribunal, en fecha 22 de octubre, ha condenado a Google Inc. y a Google Argentina, S.R.L. «a que de manera inmediata retiren de toda circulación el enlace» (la dirección URL de la página no se cita aquí por obvias razones) y ha confirmado todos los demás pronunciamientos de la sentencia que puso fin a la instancia anterior, lo cual significa que la pretensión de Leavy de colocarle una mordaza a medios de comunicación como Qué Pasa Salta, El Destape, Informate Salta, Facebook, El Intransigente, Contexto Tucumán, El Expreso de Salta, Cuarto Poder, Minutouno.com, El Tribuno, Nuevo Diario de Salta, Clarín, La Nación y La Gaceta Salta -algo que paradójicamente sí consiguió Gustavo Sáenz en la justicia provincial- no es de recibo en la jurisdicción federal.
Curioso es sin dudas el hecho de que Leavy parezca ahora estar en la mira de los mismos cyberactivistas que hasta hace poco dirigían insultos y descalificaciones a Juan Carlos Romero (aliado estructural de Sáenz) y hacían profesión de fe kirchnerista en las redes sociales.
Como así también es llamativo que Leavy apunte sus cañones contra un personaje de las profundidades del sistema, como Rodríguez Messina, uno de los responsables del mayor fiasco en las campañas proselitistas de toda la historia de Salta: el 6% alcanzado por Urtubey en las elecciones nacionales.
Finalmente, se debe destacar el hecho, también paradójico, de que cuando el mismo «troll center» hacía su trabajo para Leavy y para Urtubey, el entonces Intendente de Tartagal y posteriormente diputado nacional no efectuó en su momento ninguna denuncia ni cuestionó la transparencia o la legitimidad de sus actuaciones y publicaciones difamatorias en las redes sociales.