
«Tienen que saber que quienes votan por Andrés están votando por Salta, que están votando a este proyecto político que quiere conducir a la Argentina». En estos términos se ha pronunciado el Gobernador de la Provincia, Juan Manuel Urtubey, a quien no le ha hecho falta aclarar que cuando se refiere a «este proyecto político» está aludiendo a él mismo y a sus aspiraciones presidenciales.
Y no le ha hecho falta porque quien ha asumido voluntaria y gustosamente papel de «aclarador» ha sido el propio candidato a diputado nacional.
En efecto, Zottos ha dicho en el mismo acto: «Nunca pensamos solamente llegar a la Gobernación; el objetivo ahora es que un salteño llegue a la Presidencia».
Con lo que queda más o menos claro que Urtubey ha sido durante diez años Gobernador de Salta (y lo será doce) solamente para alcanzar su objetivo de ser Presidente. Es decir, que su paso por el poder en Salta no ha sido nada más que un ensayo y que los salteños han sido las cobayas del experimento. Zottos ha hablado muy claro y dado a entender sin necesidad de complicadas interpretaciones que es eso y no otra cosa lo que le interesa a Urtubey.
El mensaje de ambos es inequívoco: el próximo 22 de octubre los electores salteños no votarán a Zottos, a Falú, a Leavy, a Grande o a quien sea como diputados por Salta al Congreso Nacional, sino que decidirán si Urtubey será o no Presidente de la Nación en 2019. Una curiosa elección anticipada.
Urtubey y sus estrategas han pensado en esta arriesgada solución porque los resultados cosechados por el oficialismo en las recientes elecciones primarias no invitan a un optimismo desbocado precisamente. Si el verdadero activo electoral del gobierno es Urtubey -calculan- nada mejor que sea él quien compita en las próximas elecciones sin ser candidato a nada.
Gane o pierda Zottos en octubre, Urtubey estará donde el sol más caliente. Así que si Zottos deja de servirle, lo abandonará a su suerte y buscará pegarse a quien le pueda ayudar mejor a alcanzar su ambición.
Obsérvese que en todas estas maniobras políticas el pueblo de Salta, la gente normal y corriente, el ciudadano de a pie, son lo menos importante. Aquí lo que importa es «el proyecto». Y ese proyecto no se llama Zottos sino que lleva el apellido Urtubey.
O sea que, si usted quiere que Urtubey sea Presidente, no se olvide de votar por Zottos. No importa que luego usted se sienta usado por el poder. Lo importante aquí -ya lo dijo Zottos- no es la Gobernación sino la Presidencia. El día que Urtubey la consiga sus penas se habrán acabado definitivamente.
Un salteño en la Presidencia
Ni Urtubey ni Zottos han aclarado en ningún momento en qué medida cambiará la vida de los ciudadanos de Salta si un salteño consigue ser Presidente de la Nación.Da toda la impresión de que lo único que les importa es que el nuevo Presidente sea salteño, a como dé lugar, sin que para alcanzar ese objetivo tengan nada que ver las cualidades personales, morales o políticas, del ciudadano elegido.
Si es para sacarse el gusto solamente no tiene mucho sentido. Para saciar el «orgullo» provinciano es mejor toda la vida que Central Norte juegue la Copa Libertadores que sentar a alguien como Urtubey en la Casa Rosada. Si los cuervos lo consiguen, al menos será jugando partidos de fútbol y no instrumentalizando en beneficio propio los sentimientos de los salteños y expropiándoles su voto.