
«Saludamos a los ganadores, y el ganador de los candidatos a presidente fue Scioli. Mauricio Macri ha hecho una gran elección, pero ganan solo aquellos que consiguen la mayor cantidad de votos», ha dicho textualmente el Gobernador de Salta.
Estas declaraciones dejan en evidencia que Urtubey -que alguna vez integró la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados de la Nación- no conoce, ni siquiera superficialmente, cuál es la naturaleza y la esencia del sistema electoral conocido en el derecho comparado como «scrutin uninominal majoritaire à deux tours» (elección mayoritaria uninominal a dos vueltas), adoptado por los artículos 94 a 98 de la Constitución Nacional.
Según prevé la propia Constitución, cuando las fórmulas de candidatos no alcanzan el porcentaje de votos previstos en el artículos 97 (mayoría absoluta de sufragios) o no alcanzan el porcentaje y las diferencias porcentuales a que se refiere el artículo 98, la elección en primera vuelta no arroja un ganador.
En estos casos, la Constitución no habla de «ganador» sino de «fórmula más votada».
La Constitución francesa (Art. 7) habla, en el mismo supuesto, de los candidatos «que hayan reunido el número mayor de sufragios en la primera vuelta» (se trouvent avoir recueilli le plus grand nombre de suffrages au premier tour).
Ganar una elección significa simplemente resultar electo. Quien no ha sido electo no puede ser declarado, ni siquiera oficiosamente, ganador de unas elecciones. Hacerlo como lo ha hecho el Gobernador de Salta es sencillamente un abuso del lenguaje y un desafío abierto a la Constitución Nacional.
La Constitución Nacional, reformada en 1994, establece como regla la elección del Presidente de la Nación «en doble vuelta». La eliminación del segundo escrutinio es, por tanto, excepcional, y está condicionada a que las fórmulas más votadas alcancen los porcentajes y las diferencias previstas en los artículos 97 y 98.
Por tanto, al no haber dos elecciones sino una sola, no corresponde atribuir triunfos ni derrotas (al menos entre los dos más votados) cuando la elección aún no ha concluido. En este caso, por faltarle la segunda vuelta.
Lo que pretende Urtubey con esta prematura y absurda declaración de ganadores y perdedores es restar legitimidad a un eventual triunfo de Cambiemos en segunda vuelta. Según el esquema mental de Urtubey, Macri (perdedor) será un presidente ilegítimo «porque Scioli le ganó en la primera vuelta». Una falta de respeto a la Constitución.
Si Urtubey mantiene la ilusión (a estas alturas, dudosa) de servirle a Scioli, deberá empezar por desempolvar los libros de Derecho Constitucional y sistemas electorales comparados y sentarse a estudiar un poco.