
Según el sacerdote franciscano Pierbattista Pizzaballa, cuyas declaraciones recoge hoy el diario El País, uno de los organizadores del encuentro, la visita de los presidentes al Papa solo pretende “hacer una pausa en la política para elevarse y mostrar en público el deseo común de que suceda algo, de que se reabran caminos que han sido cerrados, de volver a soñar con la paz”.
Pizzaballa ha dicho también que “ni siquiera se trata de rezar juntos, sino de estar juntos para rezar”. De ahí que el encuentro se haya organizado de forma milimétrica, desde la elección del lugar –los jardines, libres de símbolos religiosos que pudiesen incomodar a unos u otros— hasta la cronología de los rezos –siguiendo el orden de antigüedad de las tres religiones.
Está previsto que los dos presidentes lleguen al Vaticano por separado a partir de las 18.15. El papa Francisco los recibirá y mantendrá un breve coloquio con cada uno y después, desde la entrada de la residencia de Santa Marta, partirán juntos al lugar de la celebración, en la que también participará el patriarca ecuménico Bartolomeo.
La ceremonia se celebrará en tres actos, el primero dedicado a la comunidad judía, el segundo a la cristiana y el tercero a la musulmana. Todos seguirán el mismo ritmo de textos y música: oración de agradecimiento, petición de perdón por los pecados cometidos y, finalmente, invocación a la paz.
El programa prevé que el acto se cierre con “un gesto de paz” y “la plantación de un olivo”, el mismo que ejecuta Lionel Messi antes de cada partido de la Selección Argentina.
Finalizados los actos públicos, el Papa y ambos presidentes mantendrán un encuentro privado en la sede de la Academia de las Ciencias.
Fuente: El País