El expresidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha anunciado este mediodía en Madrid que abandona la presidencia del Partido Popular y que deja la política.
El anuncio se ha hecho oficial, a pocos días de que el hasta hoy líder popular perdiera la votación de moción de censura y fuera relevado al frente del Gobierno por el socialista Pedro Sánchez.
Se abre ahora un periodo de transición en el que la formación conservadora deberá elegir a su nuevo presidente y a quien probablemente sea la cabeza de lista del partido en las próximas elecciones generales.
Aspiran a suceder a Rajoy, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, la expresidenta de Castilla-La Mancha y actual secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, la que fuera hasta la semana pasada vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la todavía presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, o el exministro de Sanidad Alfonso Alonso.
En su despedida, Rajoy ha dicho sentirse reconfortado por el apoyo recibido de parte de los militantes del PP en las últimas jornadas, que el cesado presidente ha reconocido que no han sido fáciles para él. Aunque Rajoy no ha anunciado formalmente que abandona también su escaño como diputado en el Congreso, de sus palabras se deduce que pronto pondrá final también a una de las más largas trayectorias parlamentarias de la democracia española.
«El PP debe seguir avanzando bajo el liderazgo de otra persona», ha dicho, antes de añadir que considera que su decisión «es lo mejor para mi y para el PP. Es lo mejor para el PP y para mí. Y creo que también para España. Y lo demás no importa nada».
Durante los últimos treinta años, Mariano Rajoy Brey, natural de Pontevedra, registrador de la propiedad de profesión, ha sido diputado autonómico, ministro, vicepresidente y presidente del Gobierno con el PP.
Rajoy ha prometido ser leal con su sustituto y ha avanzado que mientras dure el periodo de interinidad abierto, no realizará ningún cambio que pueda suponer un obstáculo para el que lo suceda en la presidencia del partido.
Tras reivindicarse como un Ulises atado al mástil de su barco para no escuchar los cantos de sirena, el expresidente del Gobierno ha repasado los episodios más importantes de su trayectoria al frente del Ejecutivo: no pedir el rescate bancario, afrontar el desafío del independentismo catalán activando el artículo 155 de la Constitución, o asistir al fin de ETA sin negociar con la banda terrorista.
Rajoy no ha podido contenerse y ha hablado del nuevo Gobierno socialista al que considera débil, y ha pedido a su partido que ejerza una oposición dura para defender su labor de gobierno durante los pasados siete años.
Fuente: El País
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