El ataque se ha producido minutos después de las cinco de la tarde en el centro neurálgico de la ciudad condal. Una hora y media después las informaciones sobre el suceso aún son confusas, pero hay al menos dos hechos que cuentan con información oficial: el primero, que se ha tratado de un atentado terrorista; el segundo que hay que por lo menos tres personas muertas a causa del mismo.
Por el momento se sabe que tanto la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, como el President de la Generalitat, Carles Puigdemont, han suspendido sus vacaciones y ordenado poner en marcha los planes previstos para situaciones graves como la que se vive ahora en la ciudad.
El número dos de la Generalitat catalana, el nacionalista Oriol Jonqueras, ha anunciado que el gobierno se va a reunir de urgencia.
Todas las cadenas de televisión de España emiten en este momento en directo imágenes del centro de Barcelona en las que se puede ver a policías armados en busca de los presuntos autores del atropello.
Las autoridades han pedido a los barceloneses que abandonen la zona, que ha sido convenientemente perimetrada. Los transportes en la zona afectada han sido suspendidos y se ha pedido a los residentes que no salgan de sus casas.
Por el momento se ha descartado que el ataque -perpetrado en una zona de la ciudad con gran afluencia de turistas- esté relacionado con la llamada turismofobia, un movimiento de rechazo a la presencia de turistas en la ciudad.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a través de su cuenta de Twitter ha pedido prudencia y ha anunciado que el gobierno acudirá de inmediato en ayuda de las víctimas. También ha contactado con los líderes de los principales partidos políticos para mantenerles informados del desarrollo de los acontecimientos tras el atropello masivo en Barcelona. Rajoy ha telefoneado al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, al de Podemos, Pablo Iglesias, y al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, para informarles de lo sucedido.
Este lamentable suceso se produce en un momento de tensión extrema entre el Estado central y la autonomía catalana, cuyos dirigentes pretenden celebrar el próximo día 1 de octubre un referéndum independentista.
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