
Entre setecientas mil y un millón de personas, según diversas fuentes, se lanzaron esta tarde a las principales avenidas de Caracas para protestar contra el régimen de Nicolás Maduro y exigir la convocatoria de un referéndum revocatorio, conforme lo prevé la constitución del país.
La jornada de protesta había sido convocada por la Mesa de la Unidad Democrática y entre sus objetivos figuraba el de colmar tres importantes avenidas de la capital venezolana con manifestantes provenientes de todo el país.
Aunque no se han reportado por el momento incidentes, la convocatoria opositora coincide con el llamamiento efectuado por el presidente Maduro, «al pueblo y a las fuerzas de seguridad», a defender a la revolución.
Según el diario El País, el Gobierno ha demorado la entrada a Caracas con retenes militares y vehículos accidentados en un esfuerzo por restarle impacto a la manifestación. Varios dirigentes de Voluntad Popular, la formación de Leopoldo López, han sido detenidos y se ha reportado la deportación de varios equipos de reporteros que intentaban cubrir el desarrollo de la marcha.
A pesar de estos movimientos, la marcha opositora ha adquirido las dimensiones de una gigantesca demostración cívica y ha respondido a las acusaciones gubernamentales de "golpe de estado terrorista".
Los organizadores de la marcha han convocado para esta noche un cacerolazo nacional a las 20.00 hora local. También anunciaron que el próximo miércoles 7 de septiembre volverán a las calles con una protesta de seis horas frente a todas las sedes regionales del Consejo Nacional Electoral (CNE). Una semana después la protesta se llamará la Toma de Venezuela y se realizará en todas las capitales del país.
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— IG: niTanTukky (@niTanTukky) September 1, 2016