
Se trata del ataque más más mortífero en lo que va de año, ya que supera incluso al reciente atentado contra el aeropuerto de Estambul que en junio pasado provocó 45 víctimas mortales.
Según el diario El País, el ataque tuvo lugar en torno a las 22.40 hora local, en medio de una “noche de la hena” –una ceremonia tradicional en honor de la novia antes de la boda- que se celebraba en plena calle en el barrio de Akdere. Esta zona de Gaziantep –un centro neurálgico del sureste de Turquía, muy cercano a la frontera siria- es conocida por haber acogido a numerosos desplazados por el conflicto entre el PKK y las fuerzas de seguridad turcas desde la década de 1990.
El mismo periódico, citando a su vez a la cadena de televisión CNN-Türk, afirma que testigos habría visto al presunto autor de la matanza acudir a la celebración junto a dos hombres de unos 25 años, que se cree habrían escapado después de que el atacante suicida hiciera estallar la carga explosiva que portaba consigo.
El gobernador Ali Yerlikaya confirmó poco después del suceso que se trataba de un atentado terrorista y en la mañana de hoy actualizó el número de víctimas. Y Mehmet Erdogan, diputado del partido gubernamental AKP por la provincia de Gaziantep, fue uno de los primeros en señalar que se trataba de una acción suicida y en apuntar al ISIS como presunto autor en declaraciones a la agencia oficial AA.
Según El País, Gaziantep es una de las ciudades clave para la convivencia en la región pues en ella habitan turcos, kurdos y árabes, a los que se añaden un gran número de refugiados sirios desplazados por la guerra civil en el país vecino. Numerosas organizaciones de la oposición siria, incluidos grupos armados islamistas radicales, tiene presencia en la ciudad y el Estado Islámico también mantiene células activas como demuestran los varios asesinatos de activistas sirios cometidos en esta y otras ciudades cercanas.
Tras el atentado de Gaziantep, varios canales locales hicieron saber que había escasez de sangre en los hospitales para atender a los heridos por lo que decenas de personas acudieron a los centros médicos. Entre la policía y las masas congregadas en los hospitales –formadas por donantes y familiares que demandaban información sobre las víctimas- se produjeron momentos de tensión y encontronazos. Varios agentes hicieron disparos de advertencia al aire para dispersar a la gente.
La Autoridad de Radio y Televisión turca (RTÜK) ha impuesto una prohibición temporal a los medios, vetando todo tipo de información "sobre el momento o las circunstancias de la explosión, el trabajo de los empleados públicos y los heridos o muertos" con el fin de "no obstaculizar la aclaración del suceso y la detención de sospechosos". De esta prohibición se exceptúan "las declaraciones de las autoridades competentes", señala el organismo en un comunicado divulgado en su página web.
Fuente: El País