No solo la palabra «escrache» es desconocida en la lengua francesa. También lo es la práctica, ya que en un país acostumbrado a las protestas sociales duras y radicales, nunca se había llegado al extremo de escrachar a alguien en la puerta de su casa. Le ha pasado a la actual ministra de Trabajo del gobierno de Manuel Valls, señora Myriam El Khomri, a quien bien temprano esta mañana se le han plantado unos manifestantes delante de su casa, para supuestamente protestar contra la reforma laboral que impulsa el ministro Macron pero que tiene a El Khomri como uno de sus alfiles.
A la ministra, que se caracteriza por aparecer siempre sonriente, se le ha borrado la sonrisa de golpe. Ha denunciado que la manifestación viola su intimidad familiar y ha asegurado que se trata de un acto de intimidación que, sin embargo, no la hará desistir de sus convicciones.
«Esto está en los antípodas de mi concepción de lo que es un debate», ha dicho la ministra, para reaccionar frente a lo que parece una acción coordinada por la organización CIP-IDF, que agrupa a trabajadores precarios e intermitentes del sector del espectáculo de la región de Île de France, en donde se encuentra la ciudad de París.
El escrache, que ha tenido lugar esta mañana en torno a las 7.15, ha merecido la enérgica repulsa de El Khomri, quien ha dicho en un comunicado que «el método que consiste en violar la intimidad familiar, tomar como objetivo el entorno personal y el vecindario de una persona que es miembro del gobierno, es lo contrario de mi concepción del debate democrático y del respeto debido a cada uno».
«Por eso es que tengo que denunciar esta actitud de la forma más enérgica posible», ha añadido El Khomri.