
En el recinto de la Legislatura de Salta, muy pronto -si es que no los hay ya- habrá discjockeys, un espacio para hacer asados y una pista de baile con una bola de espejos.
Y no es solo porque la política haya hecho mutis por el foro en una cámara presidida hace décadas por el mismo hombre y a la que por razones de pura comodidad o de obediencia se le ha sustraído toda su sustancia y utilidad republicanas, sino porque el recinto convertido en el plató del Bailando es un formidable reclamo proselitista.
De ello se ha dado cuenta el hiperactivo diputado provincial Lucas Godoy, cuyo sueño es llegar a la Cámara de Diputados de la Nación, pero no para hacer las leyes que ordenarán la convivencia en un país descosido como la Argentina, sino para llenar su hemiciclo de youtubers, de influencers, de magos, bailarines y cantores. Ya que los diputados -especialmente Godoy- son incapaces de descollar por sus habilidades dialécticas en la esgrima parlamentaria, por lo menos que brillen al compás del giro eterno de la bola de espejos.
Hace poco, el mismo Godoy, acompañado de su fiel escudero, el diputado Rana Villa, amenizó la sesión levantamanos de la cámara con la presencia de una jovencita que antes había dejado maravillado a Tinelli con sus habilidades vocales. El problema es que la jovencita -todavía en edad de asistir obligatoriamente al colegio- dijo a todo aquel que quisiera escucharla, que quería dejar de estudiar ahora mismo «para dedicarse a hacer lo que le gusta».
Ayer mismo, Godoy ha llevado al recinto a una niñita de solo siete años de edad, con el mismo propósito. Por suerte para ellos (para Godoy y para Villa), la pequeña artista no ha manifestado su aversión hacia la educación pública obligatoria; o por lo menos no lo ha hecho aún. Quizá espere a que Godoy se convierta en diputado nacional para efectuar tan trascendental anuncio.
Lo mejor de todo es que con esta actitud dudosamente (o excesivamente) democrática, como se prefiera, Godoy y sus amigos transmiten un mensaje subliminal del jefe Urtubey, por cuanto cada ‘talent show’ que se monta en la Cámara de Diputados es seguido invariablemente por «los boludos que aplauden».
Los empresarios del teatro de revistas tienen pensado ya contactar con Godoy, para ver si les facilita el recinto de la Cámara de Diputados de Salta (con crucifijo incluido) para montar dos o tres espectáculos por semana, habida cuenta de la escasez de salas en la mítica calle Corrientes. Si los Godoy siguen campando por sus respetos en las instituciones provinciales (y en las nacionales) es posible que de acoger a inocentes jovencitas talentosas, la cámara se vea de repente invadida por maduras vedettes con boas de plumas y medias de red.
«Si Godoy parece que no tiene mucho sentido del recato republicano y se exhibe sin pudor a costa del presupuesto legislativo de Salta, ¿qué motivos hay para que nosotras no utilicemos la obscenidad para ganarnos la vida?», se preguntan algunas de estas talentosas bailarinas.