
La razón de esta debacle, impensada e injusta, se debe buscar en el cerrado personalismo y en los errores de bulto cometidos por el Gobernador de la Provincia, Juan Manuel Urtubey y por sus estrategas de campaña.
Hasta hoy, Urtubey se había encargado de infectar a todas las fuerzas políticas locales con alguna aspiración electoral, colocando en sus filas a personas de su confianza o que le deben favores (Matías Posadas junto a Gustavo Sáenz, Lucas Godoy junto a Sergio Leavy, Miguel Nanni en la UCR, por solo poner tres ejemplos relevantes).
Ahora, con la candidatura presidencial de Urtubey agonizante, el panorama político de Salta es mucho más complejo de lo que debería ser. Y lo es innecesariamente, porque si no fuera por el prematuro e inestable lanzamiento de Urtubey, las cosas se podían haber aclarado mucho en Salta, en beneficio de una ciudadanía que hoy ni siquiera sabe dónde está parada o qué será de su futuro.
La alianza de Macri con un peronista alivia notablemente a Gustavo Sáenz, quien seguramente ya no tendrá necesidad de salir a defender el voto electrónico, ni tendrá complejos en llevar a Macri como candidato a Presidente de la Nación. El macrismo y el peronismo han dejado de ser ya como el agua y el aceite.
Como un ombú en medio de la pampa, Urtubey sin embargo resiste, solo. Pero su resistencia numantina puede provocar más perjuicios a Salta y a los salteños, de modo que ha llegado la hora de pensar en que todo lo que se ha venido moviendo estos últimos meses en la Provincia debe empezar a moverse en un sentido y una dirección completamente diferentes.
Si, contra la evidencia y la fuerza de los acontecimientos, Urtubey se empeñara en arrastrar a Salta detrás de su candidatura presidencial, corresponde a las fuerzas políticas de esta Provincia y a sus dirigentes tomar distancia de la obsesión personal de su Gobernador y situarse en un escenario realista. El momento para corregir el rumbo es ahora, porque cualquier vacilación o, incluso, una decisión tardía, puede provocar aun más perjuicios.
El mensaje de que #UrtubeyEsLaAlternativa se ha quedado obsoleto, sin contenido ni conexión con la realidad, después de millones y millones de dinero público malgastado en su irracional promoción. O el Gobernador de Salta demuestra que todavía le funciona la cabeza y se plantea seriamente servir a los salteños aparcando sus ambiciones, o de lo contrario Salta se convertirá en un loquero y estará condenada a permanecer lejos de los centros de decisión. Todavía mucho más lejos de lo que ahora lo está.