
Entrevistado por el diario El País, uno de los medios de comunicación de mayor tradición liberal en España, el Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, ha dicho que «la llegada del FMI es el fracaso de la dirigencia argentina».
Se refiere el Gobernador al auxilio financiero solicitado por el gobierno de Macri a la entidad crediticia internacional, de la que por cierto la Argentina forma parte desde el 20 de septiembre de 1956; es decir, hace casi 62 años.
El caso es que si el endeudamiento con el FMI es percibido por Urtubey como un «fracaso» de la elite dirigente, ¿qué se puede decir de las deudas que ha contraído la Provincia de Salta durante su gobierno? ¿Son también un fracaso?
Lo cierto es que al salir a buscar auxilio financiero al extranjero, Juan Manuel Urtubey no ha acudido a una organización intergubernamental y «propia», como el Fondo Monetario Internacional, sino que ha recurrido al mercado, en donde los precios son más caros y los acreedores -bastante más exigentes- persiguen objetivos muy diferentes a los del FMI.
De la forma en que Urtubey plantea las cosas se desprende lo siguiente: cuando son otros los que piden dinero para poder gobernar, lo que hacen es mendigar, arrastrarse y humillarse, ante acreedores ávidos de sangre fresca de inocentes trabajadores; cuando es él el que necesita pedir, no pide sino que «toma» créditos, lo hace a las mejores tasas posibles, gasta el dinero sin que los acreedores (unos buenazos que nunca tienen malas intenciones) les pidan cuentas y, además, los préstamos se pagan solos, en cómodas y olvidadizas cuotas.
Si endeudarse, con el FMI o con un fondo buitre, significa fracasar, está bastante claro que Urtubey, en sus once años y medio de gobierno, ha fracasado bastante más que Macri, que solo lleva gobernando dos años y medio.
La grieta y los que se aprovechan de ella
A falta de una definición académica de grieta, se puede entender este concepto como la división profunda entre los kirchneristas y los antikirchneristas.Según ha dicho Urtubey a sus entrevistadores europeos, es Macri el que está montado sobre «la grieta».
Pero quien echa sapos y culebras por la boca contra la expresidenta no es Macri sino Urtubey. Es decir, que quien saca provecho todos los días de la tal grieta no es el actual Presidente de la Nación sino quien aspira a sucederlo. Porque no falta el día en que Urtubey asome a la prensa para decir que «Cristina ya fue», «ya no hay vuelta atrás», «Cristina es una chorra», «Cristina es el límite», «Cristina representa un hecho del pasado» y lindezas parecidas.
Luego, los grietosos son otros. Urtubey, jamás.