¿Accederá Rodríguez Laconi a llamar 'Camino de las Injusticias' a la senda que lleva al Mirador?

  • La Directora de Turismo y Cultura de la Municipalidad de San Lorenzo intenta involucrar a Jean-Michel Bouvier en 'su interna' con un grupo de feministas que ha criticado el cartel promocional que indica la localización del 'Mirador de las Francesas'.
  • El torpe aliño epistolario
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La pelota está ahora sobre el tejado de la señora Agustina Rodríguez Laconi, la joven funcionaria de la Municipalidad de San Lorenzo, que aparece como la autora de las tres extravagancias más notables de la política salteña de los últimos tiempos.

La primera, haber bautizado con el infame nombre de Mirador de las Francesas un sitio turístico relacionado estrechamente con el sonado doble crimen de 2011.

La segunda, haber pretendido huir de sus responsabilidades en el hecho descargándolas injustamente sobre dos diplomáticos extranjeros.

La tercera, haber intentado, en medio del huracán, que el padre de una de las víctimas diera, desde Francia, su apoyo a una iniciativa tan indigna como la suya.

Prueba de que el talento y el buen tino no se heredan, la joven funcionaria dirigió al padre francés una carta tan pobremente escrita que a buen seguro habrá avergonzado a su abuela (a la de la funcionaria), que no solo es una laureada escritora sino también una prominente y muy respetada profesora de Lengua Española.

Ahora, lo que falta por ver es si la confusa funcionaria municipal -la misma que buscó amparo internacional para su insólita ocurrencia- se animará a acceder al pedido del señor Bouvier, que ha manifestado públicamente su deseo de que al camino que lleva de la Quebrada al Mirador le sea impuesto el nombre de Camino de las Injusticias.

Si Rodríguez Laconi pudo rebautizar a su gusto el Mirador, e incluso mandar imprimir un mapa con un nombre absurdo, menos problemas tendrá para hacer figurar al Camino de las Injusticias en su particular y verdosa cartografía. Además, si como ella dice, le hizo caso en su día al Embajador de Francia, es lógico que atienda ahora la sugerencia de Bouvier, que tiene bastante más autoridad en el asunto.

Curioso es realmente que la señora Rodríguez Laconi, además de directora de Turismo, lo sea también de Cultura, pues si la cultura de la villa que amó e inmortalizó Juan Carlos Dávalos está en manos de quien fue capaz de enviar a Francia una carta tan humillante, con un lenguaje tan pobre e impreciso, quizá sería mejor que el Cónsul de Francia en persona persuadiera al intendente Gonza de bautizar a la Dirección Municipal de Turismo y Cultura como la Oficina de la Injusticia.

Los argumentos de la carta

Estas son las partes más interesantes de este escrito, enviado el pasado domingo 30 de abril.

«Pero ahora un grupo de mujeres, el Ministerio de Turismo de la Provincia de Salta, el Instituto Jurídico con Perspectiva de Género del Colegio de Abogados de Salta y el Observatorio de Violencia de Género me están repudiando porque consideran que lo que se hizo fue promocionar el turismo con el violento crimen.»

¡Ayudemé señor Bouvier, que me repudian unas mujeres!, parece clamar la funcionaria como si el «repudio» se dirigiera a su persona y no a sus acciones o decisiones. Si usted se une a mí, no podrán vencerme.

«Nunca fue la intención promocionarlo como un lugar turístico, jugar con el morbo u obtener ganancias, sino que se quiso no dejar impune el hecho, y que ellas no sean olvidadas».

Además del Tribunal de Impugnación y de la Corte de Justicia el castigo o no castigo de los delitos depende en Salta de la Municipalidad de San Lorenzo. ¿Sabrá la funcionaria el significado del vocablo «impune»?

«De hecho, antes habían guías privados que sí quisieron lucrar, ya que cobraban a la gente por llevarla hasta el monolito, pero con la señalización que pusimos, ahora todos pueden llegar sin tener que pagar y así honrar su memoria y concientizar sobre el hecho, que se reflexione acerca de lo sucedido para que no vuelva a ocurrir».

Si había guías que cobraban, es que no solo querían lucrar sino que se lucraron. La funcionaria debería haberlos echado inmediatamente del circuito, pero para «cortarles el negocio», prefirió imprimir un mapa, según su versión. Luego, una leyenda equivocada y con una marcada ligereza moral no es honra para la memoria de nadie, ni sirve tampoco para concientizar o reflexionar sobre nada, excepto sobre la necesidad de que no vuelva a usarse jamás un hecho delictivo para la señalización turística.

«En una visita del Embajador y del Cónsul de Francia al monumento en La Quebrada, nos pidieron que informemos y señalemos el camino, así el crimen no caía en el olvido, motivo por el cual creamos un mapa y marcamos el monumento como "Mirador de las francesas"».

Aunque los diplomáticos hayan pedido eso, carecen de autoridad para que se les haga caso. La Argentina es un país soberano. Además, ningún diplomático francés o de la nacionalidad que fuera podría, en su sano juicio, haber sugerido un nombre tan inapropiado.

«Ahora, este grupo de personas quieren que saquemos la señalización, sosteniendo que va en contra de la lucha contra la violencia a las mujeres, pero creemos que justamente esto que piden es perder en esta guerra, es ocultar el injusto hecho y hacer de cuenta que nunca sucedió, consideramos que pecan de hipócritas».

Este es quizá el único párrafo acertado de la carta, no porque hable de «perder la guerra», sino por aplicar el justo calificativo de «hipócritas» a esas mujeres que en seis años no han movido un solo dedo para que el doble crimen de San Lorenzo se esclarezca debidamente y se castigue a los verdaderos culpables. Hasta esta carta, casi nadie sabía que la Directora de Turismo de San Lorenzo se encontraba librando «una guerra» a favor de las mujeres.

«Es por todo esto, que humildemente le pido una carta de apoyo, para poder seguir defendiendo a las mujeres contra una sociedad e instituciones que no nos protegen, que prefieren ocultar lo malo con su doble discurso. Y de esta manera, que el monumento sea una forma de que se materialice esta pelea, ya que mientras más personas puedan conocerlo, capaz que más cerca estaremos de obtener la verdadera justicia».

Ni Bouvier es Dios ni a la señora Rodríguez Laconi le pagan para «seguir defendiendo a las mujeres», como ella dice, ya que su trabajo es defender el turismo (con herramientas un poco polémicas) y la cultura (con cartas como esta). Acierta sin embargo la funcionaria cuando dice que cuanto más personas conozcan el hecho, más cerca estaremos de obtener la verdadera justicia. Pero su mapa está pensado para que cada vez más personas conozcan la atracción turística (para eso se le paga a ella) y la Dirección de Turismo de San Lorenzo no es la autoridad pública encargada ni de la memoria histórica, ni de los crímenes irresueltos.

La respuesta de Bouvier

El padre francés requerido de ayuda moral por la funcionaria en aprietos respondió brevemente, con algunas líneas memorables:

«Turista en una provincia cuya economía reposa en parte sobre el turismo, mi hija jamás debió perder la vida en la Quebrada de San Lorenzo».

«No se ha sabido asegurar, mientras vivía, la seguridad que merece cualquier vida humana, pero especialmente la de las mujeres, que tienen el privilegio de dar vida».

«Después de su muerte, no se ha honrado su memoria, ni la de Houria, llevando adelante procedimiento policiales y judiciales a menudo indignos».

«Espero que usted duerma bien. Yo ya no duermo más».

«La mínima cortesía y buena educación imponía que me informaran con anterioridad y que solicitaran mi opinión sobre la iniciativa».