Aquí el que sabe de economía es Urtubey

  • El Gobernador de Salta ha respondido de forma brutal a la crítica que sobre el estado de las finanzas públicas salteñas ha deslizado la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. ¿Quién tiene razón?
  • Fuego cruzado
ma_nothumbLa historia parece calcada del viejo chiste sobre aquel desdichado hombre que no podía hacer arrancar su vehículo en la curva de INTA, al que un caballo le indicó varias veces que el problema estaba en el carburador. Uno de esos envidiosos que nunca faltan se le acercó y le dijo: «No le hagas caso a ese caballo, no sabe nada de mecánica».

Así, más o menos de esta misma guisa, el Gobernador de Salta fue objeto de una certera crítica por parte de la anterior Jefa del Estado; y aquél, en vez de salir a responder a la crítica con argumentos razonados y precisos, prefirió decir: «Lo que ocurre, es que Cristina Kirchner no sabe nada de economía. Destruyó el país, así que mejor no le hagamos caso».

Es más o menos como si Kirchner hubiera dicho: «Urtubey se roba los ceniceros de los hoteles» y el Gobernador de Salta le hubiera respondido: «Es que Cristina Kirchner bebe y tiene una demencia senil precoz. Es preferible no darle bola».

Cosas así (hablamos de la respuesta de Urtubey y no del caballo con conocimientos de mecánica) solo suceden en el entorno de la curva de INTA. En el mundo civilizado, cuando un gobernante recibe una crítica, del tono y el calado que sean, antes de salir como una topadora a descalificar a quien la hizo pública por sus cualidades personales, se defiende de las críticas negando que sean verdad y aportando argumentos, no descalificaciones.

La pregunta que hay que hacerse frente a un caso como este es muy sencilla: ¿Sabe más Urtubey de economía que Cristina Kirchner?

Y la respuesta solo la puede tener el Consejo de la Magistratura de Salta, y más concretamente el Indio Godoy, que tiene la vara de medir los conocimientos científicos y académicos de todo el mundo en Salta. El hombre que coleccionaba «gomas» en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán es hoy el que decide quién es quién en Salta.

Aunque Godoy probablemente le daría a Urtubey el examen ya hecho (esto es una simple presunción), lo cierto es que nadie que presuma de saber de la materia puede confundir alegremente la economía con las finanzas públicas, como lo ha hecho Urtubey.

Luego, un Gobernador que conociera un poco de economía no tendría a dos tercios de su gobernados debatiéndose entre la pobreza y la miseria. Tampoco tendría a más de la mitad de la población ocupada sin derechos laborales ni protección social por falta de registro (y a casi la mitad de la fuerza de trabajo empleada en el Estado). Un gobernador con una mínima formación económica se sentiría un poco o bastante incómodo con el enorme déficit de infraestructuras del territorio que gobierna; con las tremendas desigualdades entre los que más tienen y los que menos; con el sensible atraso científico y tecnológico, de sus empresas y de sus altos centros de estudio; y, sobre todo, con un sistema tributario que parece diseñado solo para asegurar los rasgos más siniestros de la inequidad social.

Pero aquí, las lecciones de economía (tanto productiva como financiera) las da Urtubey.

Estamos de acuerdo en que la señora Kirchner no es Adam Smith. Pero ¿cuál es la formación económica de Urtubey? Tendríamos que conocerla, pues en el currículum oficial que publica el gobierno no hay nada que autorice a pensar que estamos frente a un experto en la materia.

Y ¿cuál es su escuela? Pues de ser partidario de Milton Friedman y el consenso de Washington, durante la época de Menem y de su tío Mera Figueroa, pasó a ser seguidor de las tesis de Rosa Luxemburgo y ahora nos muestra la versión más coqueta de su disfraz neoclásico.

Lo que de verdad irrita al Gobernador de Salta -a quien la economía de verdad lo trae al fresco- es que salga alguien y le diga que su gobierno es malo de solemnidad. Lo dice mucha gente, pero a él le duele que lo diga alguien que presidió el país durante ocho años. Por cierto, con un amplio apoyo y una abierta complicidad por su parte.

Si las opiniones de Cristina Kirchner fueron tan destructivas como ahora dice Urtubey, ¿por qué no salió en su momento a contrarrestarlas con sus constructivos análisis y esperó hasta la derrota de Scioli en noviembre de 2015 para abandonar las filas del kirchnerismo?

En términos psicológicos (no ya económicos), se podría decir que Urtubey tiene una muy baja tolerancia a la frustración. Le cuesta que alguien lo saque de su pedestal y lo coloque a la altura de los demás mortales; es decir, de aquellos que cometemos errores todos los días.

Con razón o sin ella, Cristina Kirchner lo ha hecho. Y la respuesta de Urtubey, tan furibunda como la patada del caballo mecánico de la curva de INTA, seguramente provocará orgasmos de euforia entre sus seguidores; especialmente entre los que siguen admirando a la expresidenta. Porque si algo tienen de bueno los kirchneristas salteños es que aunque Urtubey considere a Cristina Kirchner como un cadáver político andante, los nostálgicos del régimen anterior siguen comiendo de la mano de Urtubey, y llegan al extremo de perdonarle al Gobernador que trate a quien fue Presidente de la Nación como un trapo viejo.

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