La asamblea docente rechaza la última oferta del gobierno de Salta y acuerda continuar la huelga

La asamblea de trabajadores docentes reunida ayer en el centro vecinal del barrio 20 de febrero de la ciudad de Salta acordó por amplia mayoría rechazar la última oferta de aumento salarial formulada por el gobierno provincial. Con amplia división de opiniones y no poca tensión, la misma asamblea decidió continuar con la huelga que se viene llevando a cabo desde finales del mes de marzo y hacerlo, como hasta ahora, por tiempo indeterminado.

El acuerdo sobre la continuidad de la huelga indeterminada fue adoptado por los asistentes en la convicción de que el gobierno terminará pagando los días no trabajados, una circunstancia que claramente favorece el endurecimiento de la postura de los docentes y que, por tanto, aleja la posibilidad de una solución razonable al conflicto.

El gobierno ha dado señales ambiguas en este sentido, ya que después de anunciar por activa y por pasiva que los días de huelga no serían «de ningún modo»  pagados a los huelguistas, el Ministro de Economía, Carlos Parodi, dejó en los últimos días supeditado este pago a que los docentes presenten «un plan de recuperación de contenidos»; un plan que los afectados pueden simplemente presentar para cobrar un salario que no se ha devengado por trabajo efectivo y luego no cumplir.

Por otra parte, el gobierno -que no dispone de ningún recurso para controlar que la recuperación de contenidos se lleve a efecto- tampoco ha dicho qué sanciones aplicará a los maestros que incumplan con el plan de recuperación.

Entre los padres de los alumnos y otros sectores de la comunidad educativa de Salta cunde la opinión de que si el gobierno se hubiera mostrado inflexible en su negativa a pagar los días no trabajados, la huelga no hubiera durado más de una semana, pues es bien sabido que ningún docente de Salta está en condiciones de perder más de un mes de sueldo.

La decisión de la asamblea hace presumir, pues, que los docentes en huelga llevarán al extremo las medidas de conflicto y que se repetirán acciones dañinas para los derechos de los demás ciudadanos, como los cortes de carretera que ya ocurrieron la semana pasada.

Los titubeos del gobierno, la falta de solidez técnica y de habilidad política de los ministros, permiten augurar que el conflicto provocará un daño irreparable a la ya muy devaluada educación pública provincial. Muchos docentes saben que aunque el gobierno termine aceptando todas sus reivindicaciones salariales, el carácter asambleario, caótico e imprevisible de la dirección de la huelga puede favorecer la aparición de nuevas demandas e instaurar así una suerte de huelga permanente, cuya financiación ilimitada correrá por cuenta de un gobierno incompetente e irresponsable, con cargo al bolsillo de todos los salteños.