
Según el sindicato, las medidas de fuerza y el estado de asamblea permanente continúan, y está previsto que mañana, en la playa del Centro Cívico Municipal se celebre una asamblea en la que se decidirá, probablemente, el endurecimiento de las medidas de conflicto.
Los sindicalistas acusan al gobierno municipal de Gustavo Sáenz de «no presentarse en tiempo y en forma», permitiendo así la caducidad de plazos que hubieran permitido defender y no dejar caer el convenio.
A pesar de esta acusación, el sindicato que dirige Pedro Serrudo no ha dicho que la actitud de las autoridades Municipalidad de Salta suponga una trangresión al deber de negociar de buena fe, impuesto por las normas internacionales.
La Municipalidad ha pedido a la Secretaría de Trabajo del gobierno provincial la imposición de la conciliación obligatoria, pero no ha conseguido su objetivo al negarse el secretario Ramiro Chávez a dictar la medida.
Según el Visor Gremial de Salta, UTM y la Municipalidad se reunieron dos veces el pasado día martes 3 de mayo: una vez por la mañana, sin alcanzar un acuerdo y otra vez por la tarde, ocasión en la que a pesar de que las partes llegaron a un principio de entendimiento, el sindicato se negó a firmar el acta, tras haberse enterado de que la Municipalidad había procedido a despedir a un trabajador y a sancionar otros, sin derecho a ejercer su defensa, responsabilizándolos de los daños ocasionados en las instalaciones físicas del Centro Cívico Municipal y de la incalificable agresión contra el vocal del Tribunal de Cuentas municipal, Sócrates Paputsakis.
El sindicato pidió que se dejaran sin efecto las sanciones y las partes acordaron volver a reunirse otra vez ayer al mediodía. La falta de acuerdo encendió el ánimo de los sindicalistas, que calificaron la actitud de los negociadores municipales de intransigente y dejaron entrever que la asamblea señalada para mañana adoptará medidas más duras, entre las que no se descarta una huelga por tiempo indefinido.
Fuente: Visor Gremial