Roberto Saravia, un salteño al mando de la base militar antártica más importante de la Argentina

  • La pasada semana, el Jefe de Gabinete del gobierno federal y varios ministros se trasladaron a la Base Marambio, la principal estación científica y militar permanente que la Argentina mantiene en la Antártida, para celebrar allí los primeros 50 años de esta base militar, creada a finales de octubre de 1969 en una isla sobre el mar de Weddell.
  • Medio siglo de vida de un recurso científico y militar clave

La presencia de los altos funcionarios nacionales tenía también otro objeto: el de poner en posesión de su cargo al nuevo jefe de la dotación número 51 de la base para la campaña 2019/2020, el salteño Roberto Francisco Saravia, quien ostenta el grado de vicecomodoro de la Fuerza Aérea Argentina.


Iruya.com ha entrevistado en exclusiva al vicecomodoro Saravia, a pocos días de que asumiera tan trascendente responsabilidad.

Iruya.com - ¿Qué significa para un alto oficial de la Fuerza Aérea Argentina la Base Marambio?

Roberto Saravia - La Base Marambio, para el personal de la institución tiene un significado muy especial, por la importancia que representa, en lo que respecta a ser la puerta de entrada por vía aérea al continente blanco y ser indispensable en el apoyo logístico a la actividad científica argentina en la Antártida.

I.C. - ¿Cuál es la dotación de hombres y equipamiento de la Base?

R.S. - Las dotaciones que se renuevan anualmente promedian en 40 efectivos. Dentro de estos están incluidos personal militar y civil de la Fuerza Aérea, tanto de hombres como mujeres.

Respecto del equipamiento podríamos dividirlo en el equipamiento personal que se provee a cada integrante para la realización de sus tareas, y el equipamiento especifico de cada servicio que se encuentra ya en la base, y su renovación se contempla en la planificación logística de la Base.

El equipamiento está relacionado con las diferentes tareas de mantenimiento de las instalaciones, destacándose la maquinaria vial utilizada en mantener las condiciones de operatividad de la pista, donde operan a lo largo del año los aviones de la Fuerza Aérea que provienen del continente y el avión con el que cuenta la Base que es utilizado como avión de enlace con las otras bases antárticas, no solo de la Argentina.

I.C. - ¿Qué expectativas tiene de su gestión como jefe? ¿Qué cosas se pueden mejorar?

R.S. - Mis expectativas en la gestión, es continuar con el mejoramiento de los servicios que proporciona la Base, apuntando principalmente a la reducción del impacto ambiental, para ello en esta campaña ya se encuentran los paneles solares para ser instalados que brindarán la obtención de energía, disminuyendo el consumo de combustible de origen fósil utilizado por los generadores. Respecto a las mejoras, es incrementar el volumen de extracción de residuos de la Base. Dicha tarea se realiza principalmente con el barco rompehielos Almte. Irizar, el cual a su vez reabastece las bases argentinas, para ello está en estudio la adquisición de un nuevo barco que realice exclusivamente esta tarea de extracción, su traslado a Argentina para su tratamiento y disposición final cumplimentando así lo normado internacionalmente y dentro del marco de legislación interna Argentina.

I.C. - ¿Cómo ve personalmente el futuro de la Antártida en un mundo que evoluciona a una gran velocidad?

R.S. - La actividad antártica en la última década se incrementó significativamente, no solo en la cantidad de actividades que se realizan en la misma por parte de los estados que ya poseen bases en este continente, sino en la suma de nuevos actores (Estados) que comenzaron a participar en la actividad científica apoyándose en países con trayectoria antártica y otros con instalaciones de bases nuevas. Muestra de ello es el incremento de países al tratado antártico, con más de 50 miembros con diferente status a la fecha y que en sus orígenes contaba solo con 12 miembros.

I.C. - ¿Son perceptibles allí los efectos del cambio climático? ¿Cuál es la contribución de la FAA y de los científicos argentinos en este campo?

R.S. - Los efectos del cambio climático son perceptibles y comprobables. Muestra de ello es el gran deterioro de la Barrera de LARSEN, ubicada a lo largo de la península antártica (sector Este), que año tras año va perdiendo su volumen, en el año 2017 hubo un desprendimiento de LARSEN C de una masa de hilo de 6000 Km2. Por otro lado es el debilitamiento del espesor de la capa de ozono, sobre el continente antártico.

En la base Marambio, se realiza principalmente las tareas de monitoreo continuo de alta atmósfera, llevando un registro de ozono desde principio de los años ochenta, mediante Ozono sondeo y la medición de radiación UV. Cabe aclarar que toda la información de carácter científico se comparte internacionalmente.

I.C. - ¿Cuál es su valoración estratégica de la presencia militar argentina en la Antártida?

La presencia de las Fuerzas Armadas Argentinas en la Antártida es fundamental para nuestro país, por contar con los medios materiales necesarios y personal adiestrado en este tipo de terreno, para dar el soporte logístico a la actividad científicas de nuestro país y científicos extranjeros que trabajen bajo convenio con el Instituto Antártico Argentino y continuar con la presencia argentina permanente e ininterrumpida desde el año 1904.

I.C. - Vicecomodoro Saravia, ha sido usted muy amable al responder a nuestra preguntas. Le estamos muy agradecidos y le deseamos el mayor de los éxitos en su nueva responsabilidad.

Roberto Francisco Saravia no solo es un alto oficial de la Fuerza Aérea Argentina, con 29 años de servicio activo, sino que también es abogado; un hombre nacido y criado en Salta que hoy se encuentra en la primera línea de combate contra una de más graves amenazas que enfrenta la humanidad en su conjunto.