
La Municipalidad de Salta se ha tomado con la seriedad que merece el tema del vertido incontrolado y la acumulación de basuras en lugares inadecuados o prohibidos. Por eso, cada tanto los ciudadanos se enteran de la buena noticia de la desaparición de vertederos furtivos cronificados, que en algunos casos -lamentablemente- vuelven a aparecer.
Hoy mismo, la comunicación municipal da cuenta de la eliminación de un «microbasural» crónico en el barrio Mosconi de la ciudad de Salta. Y lo hace ilustrando esta buena noticia con una fotografía del «after & before» del lugar.
Esta foto explica de forma muy elocuente por qué se produce la recidiva de este tipo de vertederos clandestinos.
Es evidente que el lugar, después de eliminadas las basuras, sigue teniendo un aspecto tétrico y descuidado: una calle rústica a la que evidentemente le falta mantenimiento, un solo poste (suponemos que de luz) en casi una centena de metros, carencia absoluta de aceras, un alambrado olímpico que se ve también que nadie cuida y unos árboles asilvestrados a los que le falta poda y embellecimiento.
Es que es muy difícil que aun viendo este escenario limpio, los vecinos sucios que nunca falta se decidan a tirar la basura ahí y no en los lugares señalados para ello. Digamos que es el estado general del paredón y del paso constituye casi una invitación abierta a aportar pinceladas de suciedad, con basura o con cualquier otro tipo de desecho.
Desde luego, el adecentamiento del lugar es una obligación municipal que no puede considerarse satisfecha o extinguida mediante el simple paso de una pala basurera. Hay muchas cosas más que hacer ahí, como se puede ver perfectamente en esta fotografía. Entre ellas, colocar un cartel bien visible con la leyenda: 'No arrojar basuras aquí'.
Lo primero, hacer que el lugar deje de tener esa apariencia de «arrabal amargo» y que algunos beneficios de la civilización humana se le peguen.
Cuando dentro de algunas semanas veamos que el «microbasural» del barrio Mosconi vuelve a campar por sus respetos, podemos, sí, echarle la culpa al vecino sucio, pero también pensar que la Municipalidad debió hacer algo para retirar ese gran holograma invisible que dice: «vení, tirame aquí».