
En opinión de los expertos de esta organización, solo la agroecología, un sistema de producción sin agrotóxicos ni cultivos transgénicos que respeta la biodiversidad y busca acortar la cadena de comercialización, es capaz de producir alimentos sanos, resistir a los efectos del cambio climático y alcanzar beneficios económicos estables.
Dice Greenpeace que mientras las empresas de químicos y semillas transgénicas sostienen que sus productos son la opción más rentable, solucionan el problema de la alimentación en forma segura y combaten el calentamiento global, los ambientalistas denuncian que estas mentiras ocultan la realidad de la producción agrícola en el país, donde más del 70% del territorio cultivable está ocupado por transgénicos.
Según un informe del INTA, citado por Greenpeace, la calidad del suelo cultivable fue afectada por el uso de químicos; las fumigaciones ponen en riesgo la salud de las personas y en los pasados 20 años los costos de producción aumentaron entre 4 y 5 veces por hectárea favoreciendo a las empresas dueñas de las semillas, como Monsanto.
“Los agricultores ecológicos, en cambio, conservan y seleccionan la mejor variedad de sus semillas, las intercambian y de esta manera no dependen de las grandes empresas. No sólo eso, sino que buscan el equilibrio de su agro-ecosistema; esto les ofrece mayor estabilidad productiva y económica, incluso frente al cambio climático”, explica Franco Segesso, coordinador de la campaña de Agricultura y Alimentos de Greenpeace.
De acuerdo con los informes de la organización, la agroecología ofrece un sistema agropecuario que protege la biodiversidad del suelo y por lo tanto tiene mayor capacidad de resiliencia frente a una sequía o inundación.
“Los agricultores ecológicos argentinos, sin apoyo del Estado, han demostrado que no hacen falta los cultivos transgénicos y que protegiendo la naturaleza pueden obtener buenos resultados productivos que ofrezcan alimentos de calidad para la sociedad”, afirma Segesso.
La organización reclama políticas de apoyo a la agricultura ecológica y la eliminación progresiva del uso de transgénicos y agrotóxicos.