
El hombre había establecido un precio de 1.600 pesos por las cuatro e intentó justificar el precio con el argumento de que «la defensa de Central Norte es más lenta y cuesta mucho más».
La policía procedió a secuestrarle las tortugas, ya que su tenencia (y no digamos ya su venta) se encuentra prohibida por la legislación vigente.
Como se puede apreciar, los animalitos son todos de diferente tamaño, como las «mamushkas», esas famosas muñecas rusas que se meten una adentro de la otra.
El hombre fue expedientado por una contravención contra el medio ambiente, de modo que permanece en libertad.
Fuente: Policía de Salta