
Aguilar, que fue designado recientemente juez subrogante en la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, ha expresado su deseo de dedicarse "al libre ejercicio profesional", tras dos décadas al servicio del Poder Judicial.
Miguel Antonio Medina, otro magistrado de muy larga trayectoria tanto en el orden federal como en la justicia provincial, parece haber llegado también a un punto de su carrera en el que prima el deseo de abandonar el cargo que ocupa. Es un sueño que quiero cumplir a la mayor brevedad posible, irme de la justicia federal lo antes que pueda.
Si bien los magistrados federales de primera instancia no han hecho otra cosa más que expresar "deseos personales", resulta evidente que tras estas aspiraciones se oculta su insatisfacción por la marcha de la institución, por la escasez de la dotación de recursos o por el alto nivel de exposición a que son sometidos al tener que resolver asuntos delicados como los diferentes sumarios por responsabilidades penales en los tiempos de dictadura, y los delitos relacionados con el narcotráfico.