En Salta 'ocurren los peores desmontes' de la Argentina, dice en una editorial el diario 'La Nación'

Salta es “la provincia donde ocurren los peores desmontes”, afirma hoy en su principal nota editorial el diario La Nación. “Bosques, una ley impostergable”, es el título del comentario editorial. El periódico recuerda que la Cámara de Diputados de la Nación aprobó “por abrumadora mayoría” el proyecto de Ley de Protección del Bosque Nativo, “aunque con algunos pocos votos en contra” de los diputados de Salta que responden al gobernador Romero. Los desmontes en Salta: tema editorial de La NaciónEl gobierno local asegura que las críticas a la devastación del bosque nativo en el Norte de Salta proceden de grupos ambientalistas extremistas que se oponen a la expansión de la frontera agropecuaria y, que al hacerlo, traban el desarrollo económico, mantienen el atraso e impiden la creación de fuentes de trabajo que permitirían reducir los altos índices de pobreza de esa región. Romero y sus funcionarios afirman que Greenpeace y las demás organizaciones ambientalistas responden a grupos internacionales que quieren impedir ese desarrollo.

Esta afirmación no se compadece con la realidad de un amplio consenso de rechazo a esta destrucción, que incluye a científicos, académicos, Organizaciones no Gubernamentales y medios de comunicación de las más diversas ideas políticas. Nadie podrá sospechar de formar parte de una campaña de extremismo ambientalista al diario La Nación, cuya trayectoria de 137 años lo coloca en una posición moderada y de centro.

El periódico recuerda que más de 1.200.000 argentinos suscribieron un petitorio para presionar a los senadores para que le den su aprobación a ese proyecto, en contra del cual trabajan los senadores nacionales por Salta Marcelo López Arias y Sonia Margarita Escudero. López Arias viene de la llamada "izquierda peronista" dentro del sector de "Intransigencia y Movilización" que lideró Vicente Saadi, caudillo de Catamarca. Escudero, que fue admistradora de una de las empresas de Romero, se presenta como feminista y defensora de los derechos de los indígenas.

El editorial del diario La Nación añade: “La distracción preelectoral que parecería paralizar las agendas de todos los políticos, sean éstos legisladores en funciones o miembros del Poder Ejecutivo de nuestro país, parece hacerles perder de vista ciertas cuestiones que son impostergables, como el tratamiento del proyecto de ley de bosques nativos.

El sábado próximo será celebrado el Día Nacional de la Conciencia Ambiental, destinado a mantener vivo el recuerdo de las siete víctimas mortales de un escape de gas tóxico, hecho ocurrido hace catorce años en Avellaneda, y esa fecha, propicia para exaltar nuestra relación con el medio ambiente, también será útil para promover la defensa de esos bosques, hoy en día amenazados por la tala indiscriminada.

Aquella norma, todavía con apenas media sanción, fue aprobada por la Cámara de Diputados por abrumadora mayoría, aunque con algunos pocos votos en contra de diputados de Salta, la provincia donde ocurren los peores desmontes. Ahora, 1.200.000 argentinos suscribieron un petitorio para presionar a los senadores para que le den su aprobación definitiva a ese proyecto, indispensable para preservar la integridad de nuestros bosques nativos.

"En los 80 minutos que dura un partido de los Pumas -revelan los ecologistas-, 40 hectáreas del hábitat donde viven los verdaderos pumas desaparecen bajo las topadoras." Auténtica muestra de la insensatez de la cual hacen gala quienes toman en exclusiva cuenta las finalidades lucrativas y no se dan por enterados de que están destruyendo elementos vitales para la continuidad de la vida sobre nuestro planeta.

Peor que eso, cuando el bosque desaparece, muchas familias de argentinos son desalojadas, indemnizadas miserablemente y relocalizadas en cinturones urbanos de pobreza. Se los condena, o poco menos, a engrosar las filas del piqueterismo reclutado a fuerza de la dádiva de los planes sociales y del clientelismo político que se mofa de la dignidad del ser humano.

Con el millón largo de firmas ingresado en un disco de computadora, tres dirigentes de las principales organizaciones ambientalistas de la Argentina ingresaron durante la semana última en el despacho donde se suponía que el presidente del Senado y vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, debía recibirlos.

Se encontraron, en su reemplazo, con una asesora de su campaña por la gobernación de Buenos Aires, a quien le entregaron las firmas y un pedido concreto: que el gobierno nacional se comprometa públicamente a dar tratamiento en el Senado a esta ley apenas finalizadas las elecciones, en la primera semana del mes próximo.

El presidente del Senado tiene hoy, pues, la oportunidad de impulsar la sanción de esta norma imprescindible, que prevé congelar mediante una "moratoria forestal" el arrasamiento de los bosques hasta que cada provincia elabore sus planes de ordenamiento territorial y, por ende, pueda ser establecido dónde y cuándo la agricultura podría darse el lujo de avanzar sobre los bosques nativos, acerca de los cuales debemos recordar que la Argentina sólo mantiene en pie un tercio de su superficie original.

No todo es gris en el verde. Actitudes como las de Alto Paraná SA deben ser reconocidas. La compañía forestal de capitales chilenos, que posee en la provincia de Misiones 220.000 hectáreas (la mitad de ellas forestadas artificialmente y el resto de bosque nativo del tipo selva paranaense), decidió, en 2001, que no desmontará ni siquiera una hectárea más.

Aplicó su propia "ley de bosques", demostrando que se puede producir y, al mismo tiempo, preservar el medio ambiente, lo cual pone aún más en relieve el altísimo costo de la demora provocada por la desidia de nuestros senadores nacionales”, concluye el texto del editorial de hoy lunes 22 de octubre del diario La Nación.