Tras los saludos de bienvenida, la presidenta y sus anfitriones se trasladaron al Centro de Convenciones de Salta, en donde, como estaba previsto, la jefa del Estado inauguró, si bien de modo simbólico, la nueva Ruta Nacional 51, repavimentada merced a un esfuerzo inversor el gobierno nacional.La presidenta dijo que la Argentina se encuentra "en un momento histórico", al tiempo que lanzó una convocatoria para "seguir transformando la Argentina".
La presidenta aprovechó también para agradecer a los salteños "el apoyo en las elecciones presidenciales" y aseguró que "no lo vivió como un apoyo a su persona" sino "en nombre de un proyecto político" que comenzó el 25 de marzo de 2003.
"Voy a estar eternamente agradecida a esta provincia por el apoyo en las elecciones del 28 de octubre. Cada salteño que apostó por mí, en realidad lo hizo a un proyecto que empezó el 25 de mayo de 2003, con el gobierno de Néstor Kirchner", aseguró la presidenta.
En cuanto a la obra, Fernández de Kirchner dijo: "Éstas son las cosas que nos tienen que desvelar a los políticos. Éstas son las cosas que sirven para cambiarle la vida a la gente. Una ruta es un eje integrador para el país".
Un espaldarazo decisivo
El viaje de la presidenta a Salta es interpretado por casi todos los sectores políticos como un fuerte respaldo a la figura del gobernador de Salta, en momentos en que la Provincia enfrenta serias dificultades a causa de la inusual temporada de lluvias y en que el propio Urtubey juega sus cartas en el futuro esquema de conducción nacional de Partido Justicialista, en lo que se supone, constituirá su "segunda convergencia" con el exgobernador Juan Carlos Romero, reciente aliado del expresidente Kirchner.