Duras críticas de Normando Arciénaga, presidente del Partido de la Victoria, al gobernador Romero

El gobernador de Salta Juan Carlos Romero “fue el primer perseguidor de los peronistas y de los salteños que nos opusimos a que se pisoteara la Constitución Provincial por su única ambición de poder, obligándonos a constituir un refugio para todos los peronistas: el Partido de la Victoria”, dice hoy Normando Arciénaga actual presidente de ese partido, ex diputado nacional justicialista, dirigente gremial y ex integrante de la Pastoral Social. El gobernador saliente y su señora esposaLas críticas de Arciénaga están contenidas en una carta abierta que se publica hoy en periódicos locales con su firma, número de documento y los datos de su domicilio particular. De este modo, Arciénaga responde a la afirmación que Romero hiciera la semana en una carta abierta en la que decía que en Salta, “la persecución política debe ser desterrada como hábito político”.

Con estas palabras, Romero no sólo intenta tomar distancia de los casos persecución política ocurridos durante su gobierno sino que trata de adjudicar la paternidad de los mismos a sus opositores que, lejos de alentarlos o ejercerlos, los padecieron. “En esa carta Romero busca colocarse en el papel de víctima para sacarse de encima la responsabilidad de las persecuciones”, opinan dirigentes de la oposición. 

Las afirmaciones de Arciénaga adquieren especial resonancia por el contenido de las mismas y también por quien las suscribe. Normando Arciénaga es un prestigioso dirigente sindical que perteneció al Sindicato de Luz y Fuerza, del que fue secretario general varios años. 

Pero quizás el título más importante de Arciénaga sea el de haber sido secretario General de la Confederación General del Trabajo de Salta durante los años 1976 a 1987. Es decir, bajo las condiciones adversas, durante toda la dictadura militar y en los cuatro primeros años de la democracia.

Arciénaga fue, además, diputado nacional; miembro del Consejo Provincial del Partido Justicialista y congresal nacional del mismo. Por su perfil humano y político se lo puede caracterizar como un dirigente que tuvo firmeza en los momentos difíciles y que, junto a esa firmeza, demostró moderación y equilibrio. A esas señas de identidad se añaden sus principios democráticos y su probada honestidad personal. 

Arciénaga recuerda que entre junio y agosto del año 2003, cuando Romero ordenó modificar la Constitución de la Provincia, por segunda vez en su mandato, ordenó la expulsión inmediata de un grupo de dirigentes y afiliados al Partido Justicialista que habían criticado esa medida. Arciénaga fue uno de los que encabezó el rechazo a esa reforma constitucional por considerar que se vulneraban los principios democráticos, ajustando el texto constitucional a la medida de las ambiciones personales de Romero.

La expulsión decidida por el Tribunal de Disciplina no se ajustó al procedimiento que debe seguirse en casos considerados como inconducta partidaria. No se dio derecho a defensa a los acusados y se utilizó un procedimiento sumarísimo para castigar a los disidentes, entre los que estaba Arciénaga que luego participó de la formación del frente Unidos por Salta que, en las elecciones de convencionales provinciales, obtuvo entonces el 50% de los votos.

Dejando en evidencia la falta de prolijidad de las sanciones, la lista de sancionados por Romero incluyó a personas que no eran afiliadas al Partido Justicialista. A las represalias partidarias siguieron las que se aplicaron dentro y fuera del PJ y de la administración pública provincial. En algunos casos estos castigos se extendieron más allá del terreno político y adquirieron carácter de venganzas personales.

En los últimos meses levantó el castigo al ex senador Julio San Millán, entonces expulsado y candidato a gobernador de Salta en 2003. La semana pasada Romero se disponía enviar al senado local el pliego de acuerdo como ministro de la Corte de Justicia al actual senador nacional Ricardo Gómez Diez, ex dirigente del Partido Renovador y uno de los impulsores de la coalición Unidos por Salta.

El vicegobernador electo Andés Zottos dijo que hay que reconocer que gracias a los esfuerzos de Arciénaga se pudo constituir el frente entre el Partido de la Victoria y el Partido Renovador que triunfó en las elecciones del 28 de octubre. Durante los últimos cuatro años, venciendo no pocas dificultades, Arciénaga mantuvo la estructura del Partido de la Victoria y desde la sede de la calle Catamarca llevó adelante un importante tarea de apertura política y de oposición al gobierno de Romero.

Este es el texto completo de la carta abierta que Normando Arciénaga dirige al gobernador Romero:

“Nuevamente una solicitada dirigida a los salteños enerva mi estado de ánimo, como aquella que dirigió a los peronistas en septiembre de 2004, convocándolos a la unidad; lo que me obligó a responderle por considerar que no estaba agraviando únicamente a los peronistas, sino al fundador de nuestro movimiento, el general Perón.

Usted, contrariamente a lo que sostiene en su última solicitada (11 de noviembre de 2008) ‘que la persecución debe ser desterrada como hábito político’, fue el primer perseguidor de los peronistas y de los salteños que nos opusimos a que se pisoteara nuestra Constitución Provincial, por su única ambición de poder, obligándonos a dejar nuestro partido y constituir un refugio para todos los peronistas el Partido de la Victoria.

También tiene usted que hacerse cargo del padecimiento y las persecuciones que sufrieron los miles de trabajadores cesanteados, producto de las privatizaciones (Administración General de Aguas de Salta, Energía, Banco Provincial, Vialidad de la Provincia), que provocaron la destrucción de cientos de hogares, suicidios y que sus hijos quedaran sin educación y se volcaran a las drogas.

Además, usted medrando con la necesidad de los trabajadores cesanteados los obligó a cobrar migajas, al no reconocerles los derechos de la propiedad participada, dejándole al nuevo gobierno que se haga cargo de su irresponsabilidad.

Lo que usted busca con su solicitada cuando dice que “la victoria no de derechos”, es que no se destape la olla, porque no sólo va a tener que rendir cuentas de patrimonio, rieles y durmientes, sino también de autopistas y rutas fantasmas que fueron a mejorar negocios inmobiliarios.

Déjese de solicitadas, los salteños queremos gestos, y un muy buen gesto sería que antes de asumir como senador nacional, comparezca ante el juez en la causa que se le sigue a la Fundación Argentina Solidaria, que es de su propiedad. Explique a los salteños y a los argentinos el regalo que hizo con Salta Forestal, que no alcanzó a ningún trabajador rural, dénos las razones que justifiquen la privatización del juego y quienes son los beneficiarios.

Devuelva al Partido Justicialista la sede comprada con fondos nacionales y que la puso a nombre de la Fundación Argentina Solidaria. Aclare por qué el agua y servicios sanitarios y la energía eléctrica son los más caros del país. Y por último, no intente nombrar adictos como jueces de la Corte de Justicia de Salta.

Asuma que ha sido derrotado, y que el próximo gobernador es el compañero Juan Manuel Urtubey, y deje que él tome las decisiones fundamentales, sobre todo, no deje cesante a nadie más.

Normando Arciénaga. Libreta de Enrolamiento 7.223.213. Corrientes 650. Ciudad de Salta".