Por este motivo es que algunos agudos comentaristas políticos no han desaprovechado la ocasión para poner de relieve la contradicción interna que supone que el presidente haya formado una delantera muy similar del equipo rojo de 1953, que hizo estragos en las defensas de casi todos los equipos argentinos, por no mentar al propio seleccionado de Inglaterra, que la sufrió en carne propia, en un partido que presenció el mismísimo presidente Juan Domingo Perón.Los que gustan de recitar de memoria los equipos antiguos, todavía se emocionan con la musicalidad de los apellidos de aquella venerada delantera de Independiente: Micheli, Cecconato, Lacasia, Grillo y Cruz.
Nadie sabe si con la intención de repetir los estragos históricos de aquella delantera, lo cierto es que Kirchner armó otra muy parecida: Miceli, Picolotti, De Vido, Garré y Bereziuk.
Pero esta nueva "delantera roja" no sólo no estuvo a la altura del año 53 sino que mostró algunas deficencias de coordinación, de relevos y de solidaridad. Según comentan algunos entendidos, de haber funcionado bien, "a Miceli la hubiera salvado un Cecconato".