El Gobernador de Salta ha salido muy alegremente a pregonar su idea de "fondo de convergencia", hasta tal extremo que se anuncia que, hoy mismo, la presentará a la Presidente de la Nación para su consideración.
Pero allí donde Urtubey cree haber resuelto la cuadratura del círculo, lo que hay no es sino un manojo de información mal aprendida y peor procesada que -sólo en cuestión de horas- dejará a nuestro gobernador expuesto al mayor ridículo internacional.
El problema no es que Urtubey no conozca ni de lejos cómo funciona Europa (el espacio territorial que ha tomado como ejemplo para su idea), sino que hasta ahora nadie se ha animado a decírselo.
El gobernador sigue su camino convencido de que ha hecho un "Máster Mental Europeo". Creo que se está equivocando. Al gobernador le fascinan las palabras difíciles (como 'convergencia', 'sustentabilidad', 'abordaje'), aquellas que en su boca ayudan a dibujar la imagen de un personaje culto e informado. Creo, otra vez, que se está equivocando, porque sus gobernados están pidiendo a gritos "menos barroco verbal" y más acierto en sus decisiones.
Me animaría a decir que ninguna "convergencia" como la que el gobernador tiene en mente, es posible sin el respaldo de tres elementos básicos que deben sustentar cualquier intento de aproximar las economías de las provincias argentinas. Estos tres elementos son:
* la concentración (alcanzar una masa crítica haciendo frente, al mismo tiempo, a los aspectos externos negativos),
* la conexión (potenciar unas conexiones eficientes entre zonas más retrasadas y centros en auge a través del desarrollo de la infraestructura y del acceso a los servicios) y
* la cooperación (colaborar por encima de las fronteras administrativas para lograr sinergias).
Este análisis no es mío. Ya me gustaría a mi poder improvisar en materia de instituciones comunitarias con la misma soltura irresponsable con que lo hace el gobernador de Salta. El análisis surge de leer el Libro Verde sobre la Cohesión Territorial, adoptado por la Comisión Europea en octubre de 2008.
"La cohesión territorial es la base de la cohesión económica y social, pero la mayoría la entiende como un concepto horizontal más amplio en el que se fundamentan todas las políticas a cualquier nivel administrativo", dice el Sexto informe de situación sobre la cohesión económica y social, elaborado por la Comisión y enviado al Parlamento y al Consejo Europeo el pasado 25 de junio de 2009.
Este informe hace hincapie en la "dimensión solidaria de la cohesión territorial", a la que se considera la base espacial del llamado "modelo social europeo". Es decir, que sin la concurrencia de estos elementos (concentración, conexión, cooperación y solidaridad), el empeño de Urtubey estará abocado al fracaso.
Las condiciones actuales del debate sobre la distribución territorial de los recursos por parte del Estado federal argentino, impiden albergar esperanzas de que, en un plazo relativamente breve, los diferentes actores políticos regionales den los pasos necesarios, ni siquiera para coordinarse. En la Argentina no existe una idea clara acerca de la dimensión solidaria de la cohesión territorial, así como no existe un "modelo social" consensuado -como sucede en Europa- por encima de las diferencias ideológicas. La iniciativa de Urtubey es unilateral y lo será más aún cuando, a las primeras de cambio, tropiece con la intransigencia de los que quieren más, o con el egoísmo de los que no están dispuestos a recibir menos.
Como dije en otro escrito, el plan de Urtubey y su mal llamado "fondo de convergencia" requieren de una refundación explícita del sistema federal argentino, de un nuevo Pacto Federal en el que se redefina, y muy profundamente, lo que llamaría la "parte unitaria" del federalismo nacional, es decir, la vocación de las unidades territoriales de marchar hacia un destino único, sobre la base de unos mínimos de igualdad y equidad entre las provincias, elementos ausentes en el consenso federativo originario. Es decir, que es necesario revisar aquella parte del federalismo que nos hace "un solo país".
En la Argentina de hoy nada de esto existe. Las provincias -por razones que sólo ellas conocen- trabajan desconectadas y son felices de este modo. No existen consejos regionales por áreas de política sustantiva, ni funcionan adecuadamente las asambleas parlamentarias interprovinciales, allí donde las haya. No se ha desarrollado, ni entre provincias ni entre regiones, ninguna capacidad de cooperación, así como no existe entre los gobernantes más que una idea sesgada y unidireccional de la solidaridad entre territorios. Como sucede, aun ahora, con las telecomunicaciones o el transporte, cualquier conexión interprovincial, cualquier atisbo de cooperación, "pasa por Buenos Aires", porque el puerto sigue siendo el gran nodo en el que convergen las inquietudes y necesidades del resto del país.
Pero así como soy amigo de meterme justo donde no me llaman, no me animaría a dar al gobernador de Salta ni un solo consejo. Sólo le deseo suerte, y esa suerte, para mí, consistiría en que en el portaobjetos del avión que lo llevará a Buenos Aires, allí donde se colocan las bolsas de mareo y esas espantosas revistas, se encuentre un ejemplar del Libro Verde europeo sobre la cohesión territorial. Su lectura le será muy provechosa en lo que dura el viaje.
Claro que si el gobernador opta por no leer y dejarse guiar por su intuición euro-gauchesca, estoy seguro de que a la vuelta tendrá que utilizar una bolsa de mareo.
Urtubey, su fondo de 'convergencia' y la cuadratura del círculo
Luis Caro Figueroa
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