Gigantes disfrazados

Dos grandes cadenas de supermercados, propiedad de capitales internacionales, pelean por conquistar al consumidor local recurriendo a anuncios que incorporan palabras y giros típicos del habla salteña.
ImageLejanos están los tiempos cuando una rama de la familia Chibán decidió abrir el primer supermercado (La Cabana) y, con ello, iniciar la lenta muerte del antiguo almacén de ramos generales y de las carnicerías y verdulerías de barrio. Cayeron incluso verdaderos emporios (a escala local) como los Grandes Almacenes de don José Vidal.

Y lejano también el tiempo de las otras dos experiencias de supermercadismo protagonizadas por capitales y gerentes locales: Súper Salta y El Chango.

Hoy esta modalidad comercial está dominada por firmas y tecnologías multinacionales. Las mismas que compiten duramente a lo largo y ancho del planeta, luchan en Salta por imponer hábitos (buenos y malos), marcas y precios.

La configuración socio-económica de la provincia no les ha permitido, sin embargo, liquidar al micro comercio barrial compuesto por despensas, kioscos, pequeños almacenes de no más de 20 productos y otros experimentos precarios que nacen y mueren en el circuito de la pobreza urbana y rural.

El caso es que dos gigantes enmascarados (Jumbo = VEA y Wal-Mart = Chango Más) se han lanzado a una ingeniosa campaña para seducir a la clientela local y consolidar posiciones.

Comenzó la poderosa Wal-Mart buscando una denominación distinta que amortiguara o disimulara los ecos norteamericanos aproximándola al patriotismo local, y optó por la de “Chango Más”.

Ahora, Jumbo=VEA contragolpea con una curiosa y bien pensada campaña (muy probablemente diseñada por talentos locales) en donde, junto a las bondades de VEA, destaca la frase “Llegaste tarde, chango”.

Una frase muy salteña, que han pronunciado y pronuncian madres de hijos remolones, jefes de empleados siempre retrasados, novias avispadas y patrones que mantienen estilos paternalistas.