
Hace exactamente un año, julio de 2007, que la fundación realizó por primera vez esta convocatoria a artistas plásticos de todo el país con el incentivo de premios de adquisición. El primero de $20.000 (35 tomas formando un mosaico de Ernesto Ballesteros) y el segundo premio de $10.000 (Sin título. Esteban Pastorino) Los jurados se vieron tan sorprendidos por los más de mil proyectos recibidos, y por la calidad de los mismos, que instauraron un tercer premio (Cuando todo sucede. Ana Vogelfang) Seleccionaron 47 obras que son las que conforman actualmente esta muestra y a partir de las cuáles se entregaron los premios especiales.
El jurado estuvo conformado por Laura Buccelatto (Directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires); Fernando Farina (Director del Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino Rosario); Carlos Espartaco (crítico y curador); Julio Sánchez (crítico y curador) y Eva Grinstein (crítica y curadora) Cada uno de ellos eligió una de las ciudades por donde circularía la muestra (Rosario, Capital federal, Mendoza, Corrientes y Salta) para curar los premios y organizarlos en las salas de los museos que recibirían las obras. A Salta llegó Eva Grinstein y parte del equipo de la Fundación.
Eva Grinstein es una joven licenciada en comunicaciones sociales, especializada en crítica de arte y curaduría. Posee una amplia trayectoria en nuestro país y en el exterior, en ambas tareas. En Salta, el viernes 4 de julio, día de inauguración de las muestra realizó una especie de visita guiada para periodistas y artistas, presentando las obras en el MAC. Lo que van a ver ahora es un montaje que es el resultado de mi mirada sobre todas las obras seleccionadas. Seguramente ustedes harían un montaje diferente. Este es mi cuento, un relato que yo armo y elijo mostrarles.
Lo cierto es que la tarea del curador es principalmente pensar la disposición de las obras en el espacio para identificar y potenciar los trabajos. A veces las obras se organizan por premios, otros por técnicas aunque el arte actual es multidisciplinario y cuesta encasillarlo unificando las obras por disciplina o soporte. También se pueden separar las disciplinas para que sea mas clara la lectura (fotografías con fotografías, pintura con pintura, y así) También se pueden organizar las obras por temática o por el contraste que observa el curador en las obras.
Para esta muestra, Grinstein eligió seleccionar las obras guiándose por afinidades subjetivas que tienen que ver con las observaciones que hacía ella misma de las obras. Con esto, decide contar su propio cuento. Para esto, asegura, Grinstein, estudió de alguna manera el contexto de producción de las obras y conversó extensamente con los artistas para reconocer lo que escondían estos trabajos y poder trasmitirlo.
Las salas del MAC son muy especiales. Esta casona del siglo XX de dos pisos, tiene justamente la distribución de lo que fuese un palacio europeo con algunas referencias coloniales. En la Planta baja del MAC nos sorprende un tablón con objetos del artista Pablo Accinelli (Lo que la marea devuelve en Vlissingen, de Allen Ginsberg) es una instalación que llama la atención por la directa relación con el poema que se encuentra al lado de la obra. Un autor que busca en la literatura su propia forma plástica. Es agradable también ver en una de las esquinas obras de diversos formatos, con los colores blanco y negro como predominantes.
Otra de las salas que se destaca está en el primer piso, cerca de las oficinas del MAC. Ahí la obra de Nicanor Araoz (Torcido volcado) con galletitas sonrisas y figuritas infantiles y la obra de Tadeo Muleiro (Rico banquito) se destacan por el clima infantil y juguetón que poseen.
Conversando luego con Eva Grinstein, pudimos sacarles algunos conceptos interesantes que hacen a su labor entre la curaduría y la crítica de arte.
Iruya.com: ¿Cómo se hace crítica de arte en argentina? ¿Qué cosas se tienen en cuenta?
Eva: La verdad es que yo estoy un poco en contra de lo que hay que hacer: Hay que estudiar esto así o en tal lado. La verdad es que en nuestro país no hay donde estudiar. Yo tuve la suerte de irme al exterior a especializarme. Creo que todos pueden especializarse en todos lados, hay que leer todo lo que te llegue . Creo en la autoeducación bien realizada: hay que ver todo lo que puedas, hay que conocer las bienales, las ferias, hay que conocer a los artistas, hay que investigar. A la crítica llegué desde la comunicación y el periodismo cultural. Es muy importante especializarse, hay que machacarse la cabeza a lo loco, encontrar a los actores y referentes. Hay que viajar y hablar mucho con los artistas. Todo lo que conté en este recorrido es porque conozco y sigo en el día a día a los artistas. Por ejemplo, para conocer la técnica de Ballesteros, el primer premio, hubo que hablar con él. Aparentemente parece una fotografía simple, pero para hablar de la obra de él me senté a escucharlo para ver como había sido el trabajo. Es mucho lo que se descubre en esas conversaciones.
Iruya.com: ¿Cómo ves a la curaduría, como se trabaja como jurado y curadora de un llamado así, tan abarcativo?
Eva: Para mí es una oportunidad de articular conversaciones simbólicas entre artistas y obras que no se conocen, me parece que es la capacidad de uno de colocarse a cierta distancia y hacer esa organización. Hay gente que no los conoce y podría o no hacerlo, yo lo hago desde el lugar de conocer los contextos de producción y organizar las obras y articulaciones, es nuestra mirada, en definitiva. Esta muestra ya recorrió cinco lugares diferentes y fueron cinco muestras diferentes con las 47 obras. Cada uno que se acercaba que había visto la muestra en otras ciudades me decía Nunca me di cuenta de tal cosa, y eso es la mirada de cada uno sobre las obras. Personalmente me interesan las obras que cuentan historias, me interesa contar yo las historias, y si no las cuentan me las invento yo. Lo que traté un poco de hacer acá fue tomar las poéticas individuales de cada artista para contar mi cuento, podría ser diferente y también es válido.
La curaduría es subjetiva, cada uno puede ir haciendo su recorrido y va ir entendiendo lo que pueda. Las obras están acá en el MAC bien distribuidas, en espacios cómodos y amplios. Si la gente se queda un rato y empieza a circular, se va a dar cuenta del mensaje. El otro día una periodista me decía me encanta esta sala pero no sé por qué Y bueno, el tema es preguntarse por qué nos gusta esta sala y no otra, y tratar de averiguar por qué sucede eso.
Yo elegí venir a Salta porque quería conocer este museo y me habían hablado mucho de él. Organizamos para estos días un encuentro con la gente de La Guarda así que ahí conoceré un poco mas la producción local y los proyectos. Estoy muy ansiosa por trabajar con ellos.
* Paula Barbarán, es Licenciada en Comunicación Social (UNC) y Diplomada en Producción y Gestión Cultural.