
A medida que jugaba, el artista se iba dando cuenta de que podía modificar su técnica de tejido y por ende los puntos utilizados para la elaboración de las primeras piezas. “El alhajero” y “El jarrón” fueron las piezas que marcaron una tendencia en sus trabajos y fueron los disparadores de toda su obra posterior.
La evolución del tejido se produjo de manera lenta pero continua hasta tomar forma en piezas más grandes y complejas tales como “El laberinto”, “El átomo”, “El rosario” o “El calendario azteca”.
Dicha evolución se plasma en la complejidad de las combinaciones tanto en el tejido como de los colores, ya que trabaja con cobre esmaltado, que tiene varias tonalidades, y con cobre en su estado puro.
Su obra es realizada totalmente a mano y su técnica reúne varias manifestaciones artísticas como el dibujo, la pintura y la escultura.
Cuenca ha realizado diferentes exposiciones en centros culturales independientes y auto gestionados, tanto en la ciudad de de Tucumán como en la de Santiago del Estero.