
La ciencia es la herramienta que el ser humano ha creado tanto para comprender el mundo que le rodea, como para aplicar esos conocimientos en su beneficio. Los avances científicos nos permiten hallar soluciones a los nuevos desafíos económicos, sociales y medioambientales con los que construir un futuro sostenible. La ciencia también tiene un papel en la construcción de la paz al fomentar la cooperación internacional para alcanzar el desarrollo sostenible.
Acercar la ciencia a la sociedad es fundamental para que los individuos tengan los conocimientos necesarios y, de esta forma, puedan elegir sus opciones profesionales, personales y políticas. Además, sirve para atraer a los ciudadanos hacia el apasionante mundo de la investigación.
En este contexto, cada año, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo promueve que los ciudadanos estén informados sobre los avances científicos, creando sociedades más sostenibles, al tiempo que favorece la comprensión sobre la fragilidad del planeta en el que vivimos.
La agencia de la ONU encargada de coordinar esos esfuerzos por acercar la ciencia a la sociedad, así como trabajar con los Estados Miembros en las dimensiones éticas que la ciencia plantea, es la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Para celebrar el Día, esta agencia organiza actos que promueven el acercamiento de la ciencia a la sociedad.
La ciencia, un derecho humano
La celebración del Día este 2018 conmemora el 70º aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en concreto, el derecho a la ciencia, como se recoge en el artículo 27 de la declaración, así como la Recomendación sobre la Ciencia y los Investigadores Científicos. Reconocer que todo el mundo tiene derecho a participar de la ciencia y a beneficiarse de ella servirá para que se inicie un debate sobre las maneras de mejorar el acceso a la ciencia y sus ventajas para el desarrollo sostenible.Mensaje de Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO
Este año, el tema elegido para el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo es "La ciencia: un derecho humano". La celebración del 70º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos es una oportunidad para reafirmar el derecho esencial de acceso universal a la ciencia y determinar el camino que queda por recorrer para alcanzar ese objetivo.Los asombrosos progresos realizados por la ciencia en los últimos decenios han cambiado nuestras vidas. Actualmente las ciencias y sus innumerables aplicaciones determinan todos los aspectos de la vida humana. Las innovaciones resultantes representan una oportunidad para el desarrollo de nuestras sociedades. Mejoran nuestro bienestar, facilitan la vida diaria, superan fronteras que parecían infranqueables en los ámbitos de la medicina, el transporte, la comunicación y el intercambio de conocimientos y son un motor de crecimiento y riqueza.
Sin embargo, como hoy en día las ciencias son herederas de una inteligencia humana que ha estado buscando, explorando e inventando desde hace siglos y milenios, pertenecen a toda la humanidad y son un bien común cuyos frutos deben beneficiar a todos. En la Recomendación sobre la Ciencia y los Investigadores Científicos publicada en 2017 por la UNESCO se recuerdan a los Estados y a todos los agentes interesados las condiciones que deben cumplirse para que la ciencia sea un factor de paz y desarrollo sostenible, a saber, garantizar una formación excelente de los investigadores, posibilitar la libre circulación del conocimiento y alentar la cooperación internacional.
Las cuestiones de la inclusión y la ética también son elementos esenciales de la Recomendación. Las políticas públicas deben fomentar una mayor inclusión de los grupos de personas que actualmente son minoritarias en los círculos científicos. En particular, las mujeres están insuficientemente representadas en las denominadas disciplinas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) y representan solo el 30% de los investigadores en el mundo de hoy.
En cuanto a las consideraciones éticas, son primordiales a fin de tratar de gestionar los avances desenfrenados de la ciencia. La revolución tecnológica está volviendo a trazar las fronteras de lo humano. El Homo sapiens, que se caracteriza por sus facultades de inteligencia, se encuentra en el umbral de una nueva era, en la que esas facultades, que ahora se externalizan parcialmente, alcanzarán capacidades inimaginables hasta la fecha. Tenemos la responsabilidad de asegurar que las promesas que se vislumbran en este nuevo orden tecnológico estén en armonía con los derechos universales que nos hemos dado.
Fuente: Organización de las Naciones Unidas - en http://www.un.org/es/events/scienceday/