
El título del artículo de Hamzaoui deja muy claro, además, que se trata de una simple especulación: Et si la France vendait la Joconde pour éponger ses dettes ? (¿Y si Francia vendiera la Gioconda para enjugar sus deudas?).
El artículo se refiere principalmente al caso de Portugal, país que puso en venta 85 pinturas de Miró con la esperanza de obtener 36 millones de euros en la operación. Lo que ha motivado a la periodista a preguntarse cuánto podría obtener Francia si vendiera el famosísimo cuadro de Da Vinci.
La conclusión es que la pintura, adquirida nada menos que en 1519 por el rey Francisco I, vale ahora unos 1.000 millones de euros, y que, teniendo en cuenta que la deuda francesa asciende a 2.000 millones, los responsables de la economía del país podrían 'hacer caja' sin mayores esfuerzos, teniendo en cuenta que solo en París hay 173 museos que atesoran uno de los patrimonios culturales más ricos del mundo, lo que la autora del escrito considera «más que suficiente para salvar al país».
La periodista menciona además que la deuda de la ciudad de París se podría cancelar con la venta de las obras maestras del impresionismo que se hallan en el Museo d'Orsay (recordemos que la Gioconda se encuentra en el Louvre), posibilidad ésta que ha sido negada al diario "L’Express" por Bruno Julliard, primer adjunto a cargo de los asuntos culturales de la Alcaldía de París. Julliard ha dicho muy claramente: «No estamos en ese punto de nivel económico».
La periodista autora del escrito reconoce que en pleno apogeo de la crisis han sido solo unos pocos los que se han aventurado a pensar en la venta de la Gioconda. Entre esos pocos, ninguno del gobierno, por cierto.
Por otro lado, y así lo reconoce la propia periodista, la ley francesa prohíbe la venta de objetos de los museos públicos. «Los bienes que componen las colecciones de los museos de Francia pertenecen a una persona pública, forman parte de su dominio público y son, en virtud de este título, inalienables», dice el artículo 451-5 del Código Patrimonial francés.
La venta de la Gioconda no solo es jurídicamente imposible en Francia sino que también sería un ruinoso negocio desde el punto de vista económico, teniendo en cuenta, entre otras circunstancias, que el Museo del Louvre recibe anualmente unas 9.000.000 de visitas, la mayoría de las cuales solo tienen un objetivo: la Gioconda.