
Según sus organizadores, "Aklla Sumaq, la elegida por su belleza" indaga y cuestiona el complejo entramado histórico-social que configura la violencia implícita en la relación entre hombres y mujeres. Convoca a reformular la pregunta sobre qué hace cada uno de nosotros para permitir que el trato entre pares se tiña de violencia desvirtuando las relaciones humanas. Y con ello reflexionar personalmente cómo transitar la acción colectiva, con la premisa esperanzadora que nos oriente hacia “… un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” (Rosa de Luxemburgo).
La convicción se encuentra en que es “Mejor iluminar que maldecir…”, palabras que tomamos de la poeta salteña Rosa Machado, para decir iluminemos desde el arte esta realidad urgente que nos aqueja.