
El último en enterarse de que la francesa no asumiría como directora de la Orquesta Sinfónica de Salta, cargo que ganó por concurso, fue el Ministerio de Cultura de Salta, que aun después del anuncio casi simultáneo de Marin y los kosovares, seguía reportando a la francesa en «paradero desconocido».
Pocas noticias hay de los motivos reales de la espantada de Marin, pero todo indica que fue ella y no el gobierno del Salta quien incumplió sus compromisos y desapareció sin dejar señas.
Sin embargo, la gestión de la crisis por parte del gobierno de Salta fue digna de una opereta de vicetiples desatadas. Los anuncios que sobrevinieron al hecho consumado de que Marin no asumiría finalmente la dirección de orquesta, solo revelaron perplejidad, improvisación y muy poco nivel profesional.
Ahora, mientras la orquesta salteña intenta resolver el intríngulis de su futuro, la directora viennoise (natural de Vienne, situada cerca de Lyon, y no de la homónima capital austriaca) parece muy feliz en Pristina, en donde se la ve ensayando (mirar fotografía) con esa constancia que se echa en falta en la OSS.
De hecho, el próximo viernes día 20 de mayo, a las 19.30 horas, Marin interpretará junto a la orquesta kosovar la ópera Il canto dell'amore trionfante, del italiano Paolo Coletta. Será en el Palacio de la Cultura Asim Vokshi de Gjakova. Los salteños están todos invitados.