
La calle La Pérouse está ubicada en el distrito 16 de París, a unos pocos cientos de metros del Arco de Triunfo. Debe su nombre a Jean François de Galaup, conde de La Pérouse, navegante y explorador francés del siglo XVIII.
Es una calle no demasiado larga, que comienza en la calle circular de Presbourg, que rodea al Arco de Triunfo cortando las doce avenidas que de él se desprenden, y termina en la calle de Belloy, no muy lejos de donde se halla la sede de la Embajada de la República Argentina en Francia.
Al recorrer sus 450 metros, me acordé de aquellas noches de luna cuando Charles Swann, el misterioso y admirable personaje de la primera parte de la gran obra de Marcel Proust, llegaba a esta calle reclinado en su victoria, «cultivando voluptuosamente en su propio ser las emociones del enamorado, sin saber el envenenado fruto que fatalmente habrían de producir».
En la calle La Pérouse situó Proust el hotelito en el que vivía Odette de Crécy, aquella mujer que el narrador -aún niño- vio por primera vez vestida íntegramente de rosa en casa de su tío Adolfo y que ya frecuentaba el salón de Madame Verdurin antes de que Swann perdiera la cabeza y buena parte de sus aspiraciones sociales por ella.
A cada paso imaginaba a Swann y a su cochero Rémi doblando la esquina de la avenida de los Portugueses para dirigirse al hotelito de Odette, en donde seguramente le esperaban unas buenas «catleyas».
Detrás de los cristales de las ventanas imaginaba a Odette vestida solamente con una bata de crespón chino de color malva, dando explicaciones inverosímiles a Swann por su indisposición o sentada al piano intentando tocar la famosa y dificilísima frase de Vinteuil.
Desde luego, me esmeré por localizar esas ventanas idénticas que, una cierta noche, Swann, enfermo de celos, golpeó por equivocación pensando que su querida se hallaba con Forcheville. Y creo que finalmente las encontré.
La lluvia que cayó esta mañana en París me impidió seguir mi paseo con comodidad. No muy lejos de esas literarias ventanas (a unos 120 metros) está el número 44 de la Rue de l'Amiral-Hamelin, la casa en donde Proust muriera de una bronquitis mal curada un 18 de noviembre de 1922. Prometo visitar este lugar en los próximos días.
