
Para la edil salteña, en muchas tiendas sólo se vende ropa de tallas pequeñas, lo que «genera desazón y baja autoestima en las personas que no pueden comprar lo que desean».
Fonseca Lardies se ha propuesto acabar con esta situación discriminatoria y exige un compromiso de la sociedad, de los empresarios y de las cámaras que los agrupan, «para que se pueda revertir esta situación».
Por de pronto, la concejal ya ha presentado un proyecto para obligar a los comerciantes a ofrecer y vender ropa de las tallas 38 a 56. La iniciativa alcanza a «todos los locales comerciales textiles», según una comunicación oficial.
La falta de oferta de ropa de tallas grande provocan -a juicio de Fonseca Lardies- problemas más graves «como los trastornos alimentarios, la bulimia y la anorexia, que se ven severamente incrementados».
Fuente: Parte de prensa