
Los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países suscribieron el acuerdo durante una reunión realizada en Seúl, y contempla las disculpas oficiales de Japón por los hechos acaecidos y una compensación económica a las víctimas, tal y como había exigido hasta ahora el Gobierno surcoreano.
El episodio de las esclavas sexuales "fue una grave afrenta al honor y la dignidad de un gran número de mujeres, y el Gobierno de Japón es dolorosamente consciente de las responsabilidades que esto implica", expresó su canciller Fumio Kishida en un comunicado conjunto tras la reunión con su homólogo surcoreano, Yun Byung-se.
Kishida entregó también a Byung-se una misiva del primer ministro nipón, Shinzo Abe, para pedir disculpas a las víctimas.
En el texto, Abe expresó "sus más sinceras disculpas y arrepentimiento a todas las mujeres que fueron sometidas a inconmensurables y dolorosas experiencias y sufrieron heridas físicas y psicológicas incurables", según se informó en un comunicado posterior.
Las partes acordaron asimismo crear un fondo de apoyo a las víctimas de cerca de mil millones de yenes (7,6 millones de euros), un dinero que aportará Japón, país que reconoce su responsabilidad en toda la línea.
Si las medidas acordadas se ponen en marcha y se mantienen a largo plazo, los dos gobiernos darán por zanjado "en forma definitiva y sin vuelta atrás" al asunto de las "mujeres de consuelo", dijo Kishida, según informó la agencia de noticias EFE.
La polémica por lo que eufemísticamente se ha denominado "mujeres de consuelo" fue hasta ahora, y durante más de 70 años, el mayor obstáculo para una mejora de las relaciones entre ambas naciones asiáticas.
La cifra de víctimas, cuyo número real nunca se podrá saber, principalmente proceden de Corea y China, fue estimada por historiadores en unas 200.000 mujeres, la mayoría de ellas niñas y adolescentes, recordó la agencia de noticias DPA.
Fueron forzadas a prestar servicios sexuales a las tropas japonesas desde los años 30 del siglo pasado y, sobre todo, hasta las postrimerías de la Segunda Guerra, concluida en 1945.
Seúl demandó durante años a Tokio para que compense a las víctimas, pero el Gobierno nipón consideró que ya lo había cumplido con el tratado de normalización de relaciones de 1965.
En virtud de aquel acuerdo, Japón concedió unos 360 millones de dólares al Gobierno de Park Chung-hee, padre de la actual presidenta surcoreana, Park Geun-hye, para indemnizar a todas las víctimas de la colonización y dar por concluido el asunto.
Sin embargo el conflicto subsistió hasta ahora.
Tras años de estancamiento en el tema, la presidenta de Corea, Park Geun Hye, y el jefe de Gobierno de Japón, Abe, acordaron el mes pasado superar el conflicto.